Rafael Nadal y Roger Federer, número dos y tres del mundo, firmaron su billete para los octavos de Wimbledon, donde también estarán algunas de las favoritas en el cuadro femenino, encabezadas por la australiana Ashleigh Barty, primera raqueta mundial.
Nadal, quien ganó Wimbledon en 2008 y 2010 pero cayó el año pasado en semifinales contra el serbio Novak Djokovic, superó esta vez la tercera ronda imponiéndose al francés Jo-Wilfried Tsonga, número 72 mundial, por 6-2, 6-3 y 6-2 en una hora y 48 minutos. Pese a su gran potencia de brazo, Tsonga empezó con dificultades para hacer entrar sus primeros saques y le faltó precisión al intentar buscar las líneas. Tampoco las piernas le dieron la velocidad necesaria para neutralizar a un Nadal muy concentrado, que cometió pocos errores, según AFP.
Uno de los jugadores predilectos del público londinense, Federer, ganador de ocho títulos en Wimbledon, se enfrentó a otro francés, Lucas Pouille. Y como ya le había ocurrido en las dos rondas anteriores, no ganó con tanta facilidad como hubiese deseado. Tercero en la clasificación ATP pero segundo cabeza de serie en Londres gracias a sus buenos resultados sobre pasto, el suizo necesitó dos horas para imponerse al número 28 del mundo por 7-5, 6-2 y 7-6 (7/4).
También Barty busca entrar a su manera en los anales. Tras ganar hace dos meses Roland Garros quiere igualar la proeza de Serena Williams en 2015 levantando el trofeo de Wimbledon en el mismo año. Y de momento la australiana avanza con paso firme: se impuso a la británica Harriet Dart por 6-1 y 6-1, asentando su dominio sobre la 182ª del mundo.
«Siempre es agradable jugar partidos cortos» y «creo que me ayuda saber que puedo salir a la cancha y hacer el trabajo», afirmó, asegurando que sus ganas de pelear no han disminuido desde que recientemente ascendió al número uno. El apetito «es exactamente siempre el mismo», dijo. «No importa si gano o pierdo un partido, sigo estando muy hambrienta», dijo.