Garbiñe Muguruza (32ª mundial) eliminó este jueves a la rumana Simona Halep (3ª), 7-6 (10/8) y 7-5, en unas semifinales del Abierto de Australia marcadas por las altas temperaturas y disputará la final contra la estadounidense Sofia Kenin (14ª).
A sus 26 años, Muguruza, de origen venezolano, ha ganado dos torneos del Grand Slam (Roland-Garros 2016 y Wimbledon 2017).
«Estoy muy contenta de estar en la final, ha sido un largo camino y todavía me queda un partido el sábado. Ahora tengo 48 horas para recuperarme y prepararme. Entrenamos toda nuestra carrera para días así, ante una multitud», señaló la antigua número 1 mundial, haciendo referencia al partido de 1h45 minutos jugado a casi 40 grados en Melbourne.
– Cerca del protocolo de calor extremo –
Las condiciones estuvieron al límite de aplicar el «protocolo de calor extremo», que prevé el cierre del techo de la Rod Laver Arena.
La jugadora nacida en Caracas llegó a Australia sin ser cabeza de serie por primera vez en un torneo de Grand Slam desde 2014 y remontó espectacularmente tras un mal inicio de competición debido un virus.
A cielo descubierto y bajo un sol deslumbrante, Muguruza, que en Australia nunca había pasado de los cuartos (2017), mostró ante Halep una gran combatividad.
La rumana, antigua número 1 y finalista en Melbourne en 2018, tuvo cuatro bolas de set en la primera manga, pero las desaprovechó.
Garbiñe, cuya carrera ha dado un giro positivo desde que se uniera de nuevo esta temporada a la entrenadora española Conchita Martínez, ganadora de Wimbledon en 1994, ofreció una exhibición como hace tiempo que no se le recuerda.
Halep, tenista de piernas y técnica, imprimía ritmo al duelo y Muguruza, decisiva con sus ganadores, solo era penalizada por sus errores no forzados (29 en el primer set). Finalmente en el juego decisivo ambas tenistas tuvieron sus opciones, pero la española guardó la calma y se llevó el primer ‘round’.
Tras la emoción, un par de juegos de tanteo en la segunda manga y a continuación una sucesión de roturas. Perdiendo 5-4 Muguruza sacó a relucir su resistencia defensiva, muy mejorada, y tomó la iniciativa definitivamente ante una Halep que nunca le ha ganado en cemento (4-0).
Antes, Kenin sorprendió a la número 1 e ídolo local Ashleigh Barty, 7-6 (8/6) y 7-5.
Kenin disputará su primera final de un torneo de Grand Slam. La jugadora rusa, de apenas 21 años, admitió que tuvo que jugar su mejor tenis para derrotar a Barty.
– ‘La vida es bonita’ –
«¡Ella es tan buena jugadora! Y además está jugando un tenis de muy alto nivel. Yo sabía que tenía que hallar una forma de vencerla. Es la número 1 del mundo por alguna razón», dijo.
En el primer set Barty mandó al imponer la potencia y precisión de su servicio, pero cometió un error no forzado al final que permitió que Kenin se pusiera al frente en el marcador.
En tanto, Kenin parecía tener más confianza en sus golpes en el segundo set, cuando Barty tuvo la oportunidad de ponerse 3-1 pero sin embargo desperdició dos opciones y terminó con la quiebra de su propio servicio.
Kenin es la primera estadounidense, sin contar Serena Williams, en alcanzar la final en Melbourne desde Lindsay Davenport en 2005. Además es la finalista más joven desde 2008 y el lunes estará en el Top-10 de la WTA.
A Barty, de 23 años, le pesó la responsabilidad de intentar ganar el título en casa. Incluso si rechazó esta presión, en rueda de prensa apareció de alguna forma relajada, sonriente, con un bebé, su sobrina, en las rodillas.
«Se llama Olivia, la vida es bonita, me ha devuelto la sonrisa al salir de la pista», dijo Barty, que no buscó excusas. «Hay que dar al César lo que es del César, Kenin mereció la victoria», añadió.