El Manchester City no fue un ‘cañoncito’ en el Puskás Aréna. Fue un cañón que bombardeó sin tregua al Borussia Mönchengladbach en la ida y en la vuelta disputadas en el templo del artillero magiar. La pandemia y las restricciones llevaron el cruce de octavos a Budapest… y de ahí no pasaron los hombres de Marco Rose. La armada de Guardiola fue demasiado para el Gladbach.
Sumidos en una crisis -siete derrotas consecutivas- total tras anunciarse la marcha de su entrenador al Borussia Dortmund, los potros fueron domados pase a pase, gol a gol. No dieron ni una coz.
El City fue inalcanzable. Los de Pep disputarán los cuartos de final de la Champions por cuarta campaña consecutiva tras vencer, de nuevo, al Gladbach sin exprimirse al máximo. Repitieron el 0-2 de la ida como locales (2-0). Las semifinales, una puerta cerrada para Guardiola desde que piensa en celeste, vuelven a aparecer en el horizonte de unos ‘citizens’ que optan al poker de trofeos. Casi saborean la Premier, están en la final de la Carabao Cup y en cuartos de la FA Cup y de la Champions. Van a por todas con la mejor mano.
De Bruyne de falso ‘9’
Pep dejó las rotaciones en Mánchester. Colocó a sus titulares… con De Bruyne de falso ‘9’. El belga fue indetectable y tejió jugada tras jugada de peligro con Foden, Mahrez, Bernardo Silva… Un suplicio para Sommer. KDB rompió las pocas esperanzas de remontada del Gladbach con un misil con la zurda que acabó en la red.
12 minutos y la eliminatoria estaba más que finiquitada. La puso imposible para cualquier gesta Gündogan con un gol de delantero. Foden entretuvo con su conducción a las torres germanas hasta que regaló a Ilkay el 2-0. Decimoquinto tanto del ex del Dortmund. Es el pichichi del City. Su metamorfosis de medio a llegador es completa. Total.
Dos dianas antes de los 20 minutos con las que los sky blues llegaron a los 100 goles entre todos los torneos. Octava temporada consecutiva que lo logran. Una marca que es tradición para Guardiola: en sus 12 campañas en la élite con Barcelona, Bayern y City siempre ha alcanzado las tres cifras de tantos. Un rodillo ofensivo que con su presión alta y ritmo barrió al Gladbach en la primera mitad controlándolo con el balón en la segunda. Ni se rebelaron.
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