El viernes por la noche, en un ruidoso y repleto Tokio Dome, la selección de Corea llegó a la conclusión de que no hay lanzador que pueda silenciar a la poderosa ofensiva de Japón. Utilizaron a 10 monticulares y no hubo ninguno que pudiera descifrar a los bates japoneses.
Desde el primero hasta el noveno bate, Japón no parece tener debilidades en su lineup. Desde Lars Nootbaar, pasando por Shohei Ohtani, hasta Kazuma Okamoto, quien tiene cinco campañas consecutivas de 30 jonrones o más.
Con su triunfo 13-4 sobre Corea, Japón demostró claramente su dominio.
Sin embargo, las cosas comenzaron bien para Corea. Kwang-Hyun Kim abrió el juego, como un recurso prácticamente de emergencia, luego de perder el primer compromiso 8-7 frente a Australia.
Corea llegó a tener ventaja de 3-0 en la tercera entrada, pero fue ahí cuando los bates de Japón despertaron. Los locales anotaron cuatro rayitas en la tercera, dos más en la quinta, cinco en la sexta y dos en la séptima.
Nootbaar se fue de 4-2 con una carrera anotada. Kensuke Kondoh se recuperó de un error que cometió a comienzos del partido conectando dos hits, empalmando un jonrón e impulsando tres rayitas.
Sin embargo, fue el nuevo jugador de los Medias Rojas, Masataka Yoshida, quien se robó el espectáculo, al irse de 3-3 con cinco carreras empujadas. De su parte, Ohtani aportó dos inatrapables, impulsó una y negoció dos boletos.
Para Corea, esta derrota probablemente significará su tercera eliminación consecutiva en la primera ronda en el Clásico Mundial del Béisbol. Mientras que Japón busca ahora continuar su dominio midiéndose ante la República Checa (5 a.m. ET).
Corea chocará también con la República Checa en su próximo partido, el sábado a las 10 p.m. ET.
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