El Real Madrid sufrió para vencer en Anoeta y lo logró en los últimos minutos con un gran gol de cabeza de Gareth Bale, que mantiene a su equipo en la lucha por el título y le da confianza para la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones ante el Manchester City. EFE
El equipo madridista, en ausencia de la BBC por las bajas de Cristiano y Benzema, apostó a la B de Bale para llevar peligro en la primera parte ante un conjunto donostiarra solvente en defensa.
Bale estuvo muy cerca del gol en dos claras ocasiones, una al principio del primer tiempo y otra en el tramo final, pero la defensa y Rulli abortaron las intentonas del delantero del Madrid.
El equipo vasco no se quedó en su campo y, a diferencia de lo ocurrido ante el Barcelna, cuando marcó al principio y luego se dedicó, sobre todo, a defender su portería, ante los blancos pisó más el área rival.
El lateral Zaldúa firmó un disparó en el minuto 45 que rozó un poste de la portería de Navas en una de sus subidas al ataque.
El equipo guipuzcoano se lo creyó en la segunda mitad, el Real Madrid estuvo a punto de ponerse por delante con un tiro a bocajarro de Bale que desvió Rulli y los locales comenzaron a inquietar nuevamente el área de Navas y obligaban a Zidane a corregir desde el banquillo.
El técnico francés no lo veía claro y dio entrada a Jesé e Isco para doblegar a un conjunto blanquiazul que, sin generar ocasiones claras de gol, se defendía de maravilla y no renunciaba a subir al ataque cada vez que tenía el balón.
Jesé, precisamente, anunció la victoria de su equipo con un remate detenido entre Elustondo y Rulli, pero instantes después el guardameta argentino no pudo hacer lo mismo tras un cabezazo de Bale a centro de Lucas que significó el 0-1.