Alemania doblegó a Hungría (2-0) en la segunda jornada del Grupo A en la Eurocopa 2024. El combinado de Julian Nagelsmann se rindió a los goles de Jamal Musiala e Ilkay Gündogan para colocar el punto de mira en los octavos de final. No fue la versión del debut ante Escocia, aunque le valió para acabar con las esperanzas de los pupilos de Marco Rossi. Roland Sallai anotó el empate al filo del descanso, pero Danny Makkelie suspendió la igualdad por fuera de juego.
Brillar no siempre es la solución. En ocasiones, suficiente con demostrar lo justo y necesario. Alemania se ajustó a la ley del mínimo esfuerzo para superar a Hungría por 2-0 en la segunda jornada del Grupo A en la Eurocopa 2024. No lució sus virtudes ofensivas como en el partido inaugural ante Escocia. Pero Jamal Musiala e Ilkay Gündogan sacaron las castañas del fuego. Unas llamas que, por momentos, pudieron significar complicaciones en la víspera del descanso. Pese a todo, los de Julian Nagelsmann ya están en octavos de final.
En cuanto a los magiares, opciones tuvieron. Especialmente, con el tanto de Roland Sallai que Danny Makkelie anuló por evidente fuera de juego. Al combinado de Marco Rossi le queda rezar para medirse a Escocia en la última fecha y pelear por la tan cotizada tercera plaza. Porque en el nuevo formato de la competición continental, llegar en el peldaño de bronce puede ser el trampolín a la gloria. Dominik Szoboszlai también gozó de influencia en la primera mitad, pero insuficiente para decantar la balanza en el MHP Arena de Stuttgart.
Al gusto de Musiala
Jugar en casa no siempre equivale a dominio aplastante. Esa es la imagen que dejó el debut ante Escocia en Múnich, pero esta fue diferente. Porque los magiares exprimieron su capacidad de escapar al contragolpe a través de los costados. O aprovechando los balones parados por mediación de Dominik Szoboszlai. No fue un hueso tan fácil de roer, aunque sí que estuvo al gusto de Jamal Musiala. Es el timón que conduce la voluntad ofensiva de la anfitriona. Eso sí, tuvo suerte con el 1-0.
Ilkay Gündogan peleó lo imposible contra Willi Orbán. El futbolista del Barcelona contactó con el oponente, que cayó al césped. Ganó el esférico y se lo entregó al MVP del debut. Control orientado y golpeo al gusto del consumidor. Péter Gulácsi estuvo vendido fuera de posición y Atilla Fiola no consiguió frenar lo inevitable. Balón al fondo de las mallas y fiesta en Stuttgart. Alemania se puso por delante en el luminoso, pero Hungría dio de qué hablar hasta el paso por el túnel de vestuarios.
A centímetros del empate
Manuel Neuer sacó una mano formidable a la falta directa y con malas intenciones de Dominik Szoboszlai minutos después. Tal fue la vitalidad que Joshua Kimmich y Antonio Rüdiger casi se comen a su portero en la celebración. Hablando de festejar, Roland Sallai se quedó con ganas de más. El ’20’ se quedó a centímetros del empate. Alcanzó la red con la testa. Sin embargo, Danny Makkelie invalidó la acción por fuera de juego previo. Banderín en alto, tablas bien anuladas y con tiempo para ajustar ideas al descanso.
Sin modificaciones en la reanudación, ‘Die Mannschaft’ necesitaba más para no pasar apuros en la segunda mitad. Todo estaba relativamente controlado, pero con matices. Bendegúz Bolla fue la principal novedad de Marco Rossi y avisó de su proyección ofensiva por la derecha. Además, tanto Ádám Nagy como András Schäfer encontraban con suma facilidad a sus compañeros de ataque. No era una superioridad tan aplastante como la de Múnich. Y esto es la Eurocopa. No existe margen para las relajaciones.
La calidad manda
Julian Nagelsmann sacó su baraja de cartas a pasear. Niclas Füllkrug y Leroy Sané ocuparon las ubicaciones de Kai Havertz y Florian Wirtz. Necesitaba más. Con el dominio territorial no era suficiente. Es más, Barnabás Varga sigue lamentando lo que hubiera sido el 1-1. En la enésima internada de Roland Sallai, el centro se dirigió a la testa del ’19’. Ganó la batalla de los cielos contra Jonathan Tah, aunque la redonda se marchó por encima del larguero de Manuel Neuer. El peligro magiar era escaso, pero certero.
No obstante, la calidad manda en esto del fútbol. Jamal Musiala localizó a Maximilian Mittelstädt abierto en la izquierda y para él que dirigió el esférico. De primeras, pase atrás hacia la posición de Ilkay Gündogan. Liberando al capitán y hundiendo la línea defensiva rival. Lo que viene a ser la triangulación perfecta. Remate raso y cómodo con la zurda del azulgrana para vencer a Péter Gulácsi. 2-0 en el luminoso y liberación de los locales, que jugaron los últimos minutos con Emre Can, Chris Fuhrich y Deniz Undav en faena.