Ella será la primera mujer en jugar en las grandes ligas

Ginny Baker tiene 23 años, es derecha, afroestadounidense, sexy y su pitcheo principal es una “rabo e’ cochino” muy engañosa, que acompaña con una recta de apenas 87 millas por hora, una slider, un cambio y una curva a la que despectivamente llaman el arcoiris.

Ya es seguro: en 2017 se convertirá en la primera mujer en 113 años de historia de las Grandes Ligas. Con el uniforme de los Padres de San Diego (una franquicia perdedora a la que le no le cae mal un poco de morbo para atraer espectadores), la lanzadora establecerá un hito similar al de Jackie Robinson, el primer negro que jugó en las mayores hace casi exactamente siete décadas.

Salvador Pérez, el estelar cátcher venezolano de los Reales de Kansas City que en 2015 ganó el premio MVP de la Serie Mundial, será uno de los primeros bateadores que pondrá a prueba los pitcheos de niña que saben a piña. Ocurrirá, en un juego interligas de ficción, este jueves 13 de octubre en el cuarto capítulo de Pitch, una serie de drama protagonizada por la actriz Kylie Bunbury que estrenó el canal Fox el pasado 22 de septiembre.

Los avances han mostrado imágenes de Salvador parado en la caja de bateo en la tercera salida a la lomita de “Ginnsanity” (“Gin-Locura”), el apodo que la ha puesto la prensa al fenómeno de masas despertado por la atractiva pitcher negra.

Dentro de las obvias concesiones que hay que hacer siempre a la fantasía en toda recreación deportiva, Pitch intenta ser una serie realista. Una mujer pitcher, en teoría, jamás tendrá la potencia muscular para lanzar una recta con una velocidad que rete a los mejores bateadores del mundo. Por eso en años recientes se ha especulado que la llegada del sexo femenino al planeta de las Grandes Ligas podría ocurrir mediante lanzadoras que basan su arsenal en lanzamientos lentos pero impredecibles, caso de la japonesa Eri Yoshida (que se tomó un café en una liga profesional independiente de Estados Unidos) y la adolescente estadounidense Chelsea Baker, dos especialistas en la bola de nudillos o “mariposa” que le ha dado el pan de comer a veteranos como Phil Niekro, Tim Wakefield o R.A. Dickey.

Los Padres de San Diego le asignan a Ginny el uniforme con el número 43, una especie de homenaje al 42 de Jackie Robinson hoy retirado en todos los 30 equipos de MLB.

Por supuesto, nada es color de rosa para la pionera en Grandes Ligas, que enfrenta una enorme presión sicológica para ganarse el respeto de compañeros, cuerpo técnico y periodistas en un universo predominantemente machista (sin ir muy lejos, el manager de los Azulejos de Toronto, John Gibbons, sugirió el pasado abril “jugar con faldas” para burlarse de la nueva regla que prohíbe los deslizamientos violentos en segunda base). Ginny se muestra extremadamente nerviosa en su debut en las mayores y lanza 10 bolas malas seguidas, por lo que rápidamente es retirada del juego por el mánager, y luego, ya suficientemente furiosa en el vestuario (se ha dispuesto una ducha aparte para ella), la chica escucha cómo un pelotero de los Padres la compara con Eddie Gaedel, el enano de 109 centímetros de estatura que tomó un turno al bate con los desaparecidos Carmelitas de San Luis en 1951.

“75% de mis compañeros piensa que yo soy el nuevo Pollo de San Diego (un célebre personaje infantil de la ciudad californiana) y 25% me quiere ver desnuda”, admite en rueda de prensa la beisbolista, que se declara heterosexual, aunque tiene como política no involucrarse sentimentalmente con otros peloteros. O al menos lo intenta.

La relación con su nuevo cátcher Mike (el actor Mark-Paul Gosselaar), aspecto fundamental para el desempeño de todo pitcher, de entrada es muy tensa, pues el receptor le da una palmadita en las nalgas ante las risitas del resto del equipo, a lo que ella responde vengándose con una cucharada de su propia medicina.

En el tercer capítulo, Ginny Baker la pega un bolazo intencional a un pitcher rival de los Cardenales de San Luis (los lanzadores todavía batean en la Liga Nacional), lo que da pie a su primera tángana en Grandes Ligas.

Según el portal Rotten Tomatoes, la serie de TV creada por Dan Fogelman ha recibido 93% de críticas positivas, con algunos pelones menores señalados por los eruditos, por ejemplo, el incorrecto agarre de la bola por parte de la chica o una afición mayoritariamente volcada con los Padres en un clásico contra los archirrivales Dodgers de Los Ángeles, algo así como un choque Magallanes-Bravos en Margarita.

Por si le sirve de esperanza a Ginny, el venezolano Freddy García ganó 19 juegos para los Yanquis de Nueva York entre 2011 y 2012 con una recta que no pasaba de 87 millas por hora, lo que en el argot beisbolístico se conoce como “lanzar basura”.

por @alexiscorreia/El Estímulo en noticiasaldiayalahora.co