El cubano Randy Arozarena sigue siendo un hombre del pueblo.
Luego de empalmar su primer cuadrangular de la temporada durante el quinto inning del juego del sábado ante los Azulejos en el Tropicana Field, el estelar patrullero izquierdo celebró de distintas maneras. Primero hizo su típica pose de brazos cruzados junto al coach de la tercera base, Brady Williams, después la volvió a hacer al momento de cruzar el plato y luego empezó a chocar manos con sus compañeros.
Unos momentos más tarde, mientras el inning continuaba su curso, Arozarena se acercó a la parte final de la cueva de los Rays, cerca de la inicial del Tropicana Field, y empezó a firmar autógrafos. Sí, así es.
El oriundo de La Habana pareció firmar una gorra, una pelota y quizás otros artículos para un par de jóvenes seguidores del equipo que se las ingeniaron para pasar un bolígrafo hacia el dugout.
Pero esta no es la primera vez que Arozarena se pone a firmar autógrafos en pleno juego.
Junto al crecimiento de su perfil de estrella, el cañonero ha incrementado sus interacciones con el público. Suele posar con ellos y saludarlos desde su posición en el prado izquierdo. Hace dos años incluso intercambió uno de sus bates, autografiado, junto a una pelota firmada, por una bola personalizada con la foto de él que tenía un fan de los Cardenales. MLB