Ambos equipos se volvían a ver las caras tres días después del empate a 1 vivido en el Ciutat de València y esta vez fue el Levante el que se llevó los tres puntos.
El Atlético se enteró de que había partido cuando vio a los jugadores del Levante festejando un gol. Media hora había pasado, pero que la cosa no iba con los rojiblancos hasta entonces lo demostraron de salida Lodi, extraviando la pelota, y Joao, haciendo todo lo posible para no recuperarla, de manera que el primer aviso visitante tomó forma de mano a mano en el que resultó excelso todo, el pase largo de Rochina, el control de Morales, menos una resolución que se marchó desviada y que, caso de haberla apurado el granota, hubiera acabado en penalti de Llorente. Tarde y mal, pero al fin y al cabo era el primero que llegaba.
No había por dónde coger a la escuadra de Simeone. Lo de los tres atrás naufragaba tal y como permitía sospechar la ausencia de Savic, mejor central del curso, pero es que además de eso Kondogbia aún no se apaña, Correa se ha quedado en la ocasión del Ciutat y Lodi y Joao, tal y como había demostrado aquella primera acción, juegan pidiendo perdón por hacerlo. Paco López había hecho de la necesidad virtud, lesionado Postigo en el calentamiento, incluido Malsa en el once a ultimísima hora, pero con eso y siete cambios respecto al miércoles daba para vivir una tarde absolutamente plácida.
Tanto que los suyos se animaron de nuevo. Y esta vez dio para el pleno, por increíble que parezca la diana de un equipo en el que los dos últimos jugadores que han tocado la pelota eran del otro. Kondogbia trató de sacarla jugada, o vaya usted a saber, el caso es que la dejó en las botas de Morales. Se supone que su disparo iba dentro, pero como el toque en Felipe lo desviaba el toque en Hermoso se encargó de rescatarlo. Billar a tres bandas sobre el tapete del Metropolitano. Gol. Otra vez el rival por delante, un clásico ya de este Atlético.
También lo era el empate previo al descanso, pero no fue el caso. Se despertó la muchachada local por fin, se quitó las legañas por el qué dirán e incluso apretó a su modo, pero, más allá de un buen servicio de Kondogbia al que Joao en la definición estropeó el quite del perdón, apenas dio para disparos lejanos y cabezazos de los centrales. Juega con tantos que tiene hasta cierta lógica ese dominio de la estadística. Cárdenas hizo lo que tenía que hacer: sacarlas. Y luego está lo del colegiado, una vez más. No prolongó un solo segundo… después de que inmediatamente antes de que decretara ese descanso el juego estuviera parado más de un minuto para atender a dos jugadores del Levante. El nivel es infame, se pongan como se pongan.
Simeone había respondido al 0-1 adelantando a Llorente, pero no entendió conveniente introducir cambios en el descanso. El primero fue obligado tras echarse Giménez al suelo. A estas alturas ni siquiera está claro si el uruguayo se lesiona jugando o juega lesionado, el caso es que apareció en el partido Lemar y fue entonces cuando por fin se desató el Atlético… para topar con el palo y con Cárdenas. En ese orden, porque el poste despidió primero una falta magistral de Suárez, pero con más intervención del segundo, especialmente a dos de Joao.
Fue entonces cuando El Cholo hizo más cambios. Fue entonces cuando Paco hizo los suyos. Y de unos y de otros salió beneficiado el Levante. Porque la aparición del canterano Ricard (salió Correa) y la desaparición posterior de Koke (entró Dembélé) resultaron incluso contraproducentes, en lo que las sustituciones granotas devolvían las aguas a su cauce, así que el partido murió sin mayores agobios. El último, disparo de Lemar, también tuvo respuesta de Cárdenas. Y cuando Oblak subió a rematar, De Frutos hizo el segundo a la contra mientras el portero local reclamaba penalti. Ni rastro del líder, en fin, así que comienza otro campeonato. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero el Atlético se lo está poniendo muy difícil.
Jorge de Frutos selló la victoria del Levante en el Metropolitano con un gol en el último minuto desde el centro del campo. El Atlético, que todavía no había perdido en casa en Liga, se volcó sobre el área rival en un córner y la jugada posterior llegó a los pies de De Frutos. Oblak, que también había subido a rematar, dejó la portería vacía y eso fue aprovechado por De Frutos, que con un certero disparo anotó el segundo gol de los de Paco López.