Argentina y Brasil sin goles por las Eliminatorias Sudamericanas Catar 2022

Argentina Brasil

El ambiente en San Juan estaba caliente a pesar del frío y los 10 grados de temperatura aproximados. La gente colmaba el Bicentenario de San Juan, más de 25 mil personas en el estadio, gritos de apoyo en todo momento y fuegos artificiales durante el himno.

Argentina empezó con todo, presionando la salida de Marquinhos, Militao y Fabinho, algo parecido a lo que hizo Uruguay el otro día. Messi estaba enchufado y pedía todas mientras que Paredes era titular finalmente.

El partido se jugaba en el costado de Brasil y De Paul comandaba el equipo de Scaloni con su fuerza y ganas. Lautaro incomodaba y Lo Celso se movía entre líneas. A la contra Brasil era peligrosa y una buena jugada de Raphinha a la salida del córner casi termina en un buen ataque de Brasil.

Vinicius tenía la mejor del primer tiempo hasta el momento. El del Madrid recibió un pase filtrado tras un error de Otamendi y Romero forzado por Cunha pero no pudo definir, se salvaba Emi Martínez que no tenía que actuar. Cunha también intentaba sorprender al arquero del Aston Villa desde la mitad de la cancha, pero el tiro se iba un poco alto.

Argentina dominaba y Brasil esperaba, como era de esperar. Messi, por su parte, estaba activo pero no se lo notaba fino en algunos movimientos, tenía que agarrar confianza. Brasil con el paso de los minutos se sentía más cómoda y jugaba con la desesperación de la albiceleste. El 4-4-2 de Tite en defensa era complicado de pasar.

El equipo de Scaloni perdía pelotas por culpa de la presión del rival pero también del nerviosismo. Otamendi lo levantaba a Raphinha del suelo y Vinicius se encaraba con todo jugador albiceleste que pasaba por ahí. Con eso, la gente se encendía y el partido tomaba tintes más épicos. El VAR avisaba pero no había nada y Otamendi seguía en cancha, a pesar de que las imágenes eran claras: era roja y expulsión.

El que sí tuvo que intervenir fue Alisson. El arquero brasilero se tiró abajo para tapar un tiro con mucho efecto de De Paul, que buscaba el ángulo inferior izquierdo. La gente estaba con todo y gritaba “Brasil tiene miedo…” en el Bicentenario. Messi no estaba bien físicamente y descansaba agachado, como siempre, pero cuando agarraba la pelota, era el más peligroso.

El árbitro añadía dos y el partido era todo de Argentina, que quería el gol. Alisson lo sabía y enfriaba el partido en un momento que Brasil necesitaba calma. Argentina iba con todo, Di María tiraba un caño a lo Riquelme y quería más. A los vestuarios nos íbamos con empate a cero pero con la sensación de que el gol no estuvo tan lejos.

Argentina volvía a la cancha con dos cambios: Licha Martínez por Paredes y Joaquín Correa por Lautaro. Pero los contratiempos llegaban rápido porque Cuti Romero se quejaba al inicio del segundo tiempo y Pezzella se ponía a calentar para un posible cambio que llegaba minutos después y el central del Tottenham se retiraba ovacionado.

Los de Scaloni, con ráfagas de querer y querer, llegaba cerca del arco de Alisson. Correa tiraba tarde y los córners eran peligrosos. Brasil esperaba, se resguardaba y Vinicius era el peligro, tirando otro caño y volviendo loco a los defensores.

El protagonista era Cunha el árbitro, para los dos lados. Al uruguayo se le escapaba el partido y Lo Celso caía en el área, para algunos penal y para otros no. Para el uruguayo, no. La gente se volvía loca mientras Alisson se complicaba la vida. Antony Silva también creaba peligro y los brasileños eran peligrosos con espacios. Vinicius encaraba y Dibu Martínez salvaba a su equipo.

El partido se convertía de palo y palo. Molina era una flecha por la derecha y Messi tenía un rebote para clavar en un ángulo, pero Alisson volvía a salvar a Brasil mientras Fabinho lo bajaba de atrás a De Paul y recibía amarilla. El partido estaba hermoso y entraba Julián Álvarez por Di María.

El partido tenía un ritmo frenético y Argentina intentaba aprovechar esto, pero Brasil era un equipo sólido y sabía cuándo tenía que acelerar y cuándo tiene que frenar. De Paul aguantaba todo el mediocampo él solo y Argentina respiraba en los pies del del Atlético de Madrid.

La albiceleste se desinflaba y Brasil crecía con la entrada de Gabriel Jesús. Pero estaba Messi y con Messi todavía puede podía pasar cualquier cosa. El capitán le pegaba al medio y Alisson ahogaba el grito de gol de toda San Juan. Cuatro minutos faltaban y Brasil hacía tiempo. Cunha decía que no había tiempo para más y así terminaba el encuentro. Messi y Argentina quisieron, Brasil no.

https://twitter.com/CONMEBOL/status/1460782377878396932

Únete a nuestro Canal en Telegram