Un turista japonés que visitó recientemente Venezuela contó las buenas experiencias que vivió en el país y cómo disfrutó su estadía, en la que pudo recorrer el país y evaluó la situación actual.
Entrevistado por la británica BBC Mundo, Koichiro Sawada, un japonés originario de Tokio, destacó la calidez, alegría y solidaridad de los venezolanos, así como sus hermosos y variopintos sitios turísticos y lo sabroso de su comida tradicional.
Sawada comentó que tenía al menos tres años queriendo visitar Roraima, pero sus amigos le decían que estaba loco si iba a Venezuela, eso debido a la campaña de desprestigio mediático que hay contra el país suramericano.
“Todo el mundo me decía ‘no vayas, estás loco’, pero me lo pasé muy bien (…) Desde hace tres años que soñaba con ir al Roraima”, dijo Sawada quien comenta que desde el 2016 empezó a soñar con viajar a Venezuela luego de ver fotos del monte Roraima.
“Me salió una foto del monte Roraima y quedé boquiabierto. Luego, simplemente me dije: tengo que ir”, comentó Sawada sobre un día que estaba googleando fotos de Sudamérica en su departamento de Tokio .
Es un destino económico
Sawada comenta que una de las ventajas que vio también de Venezuela es que es un destino bastante económico y con mucha belleza natural.
“Llevo un mes viajando por toda Venezuela, y me pienso quedar un mes más. Aprovecho el tiempo practicando mi español, yendo a clases para aprender a bailar salsa y bachata, y también me inscribí en un curso de inglés. Son actividades que económicamente no me cuestan nada, me divierto haciéndolas y además son un aporte a mi desarrollo personal”, resalta.
“Es un destino muy barato y también quería ver con mis propios ojos lo que realmente está pasando en Venezuela”, agrega Sawada quien también visitó las playas y los Andes venezolanos.
“Chuao, una playa en la costa central del país, es un buen ejemplo. Es definitivamente un paraíso terrenal y como hay muy pocos turistas, me sentí casi como en una playa privada (—) Sinceramente, el país es más bonito de lo que esperaba; es una lástima que casi nadie venga”, explica Sawada, de 25 años.
Cachapas, amigos y retorno
“Me sorprendió lo buena que es la comida: las arepas me gustaron, pero prefiero las cachapas. ¡Es mi plato favorito! Me gustan con queso de mano, un tipo de queso local, que se derrite en tu boca”.
Para Sawada lo mejor del país es su gente, pues no solo es amable sino también muy amistosa.
“Es impresionante cómo los venezolanos, a pesar de los tiempos que viven, son tan alegres y les encanta compartir. Siempre me dan comida”, dice Sawada entre risas, y agrega que es un país de gente “amable y cálida”.
Mérida es la última parada de Sawada antes de que cruce la frontera con Colombia, donde seguirá explorando Suramérica. Cuando le preguntan si regresaría, no lo piensa dos veces:
“Hice muchos amigos en Mérida: aquí me siento como en casa”.