Mi nombre es Marimar, tengo 22 años y conseguí todo lo que quiero en Perú engañando a los hombres.
Aunque siempre he admirado a las personas que consiguen las cosas a punta de trabajo y esfuerzo, debo admitir que eso no es lo mío y no, no es que sea floja o mantenida, para nada, yo cuando llegué trabajé bastante y le eché pichón, pero a veces parece que la vida tiene a sus favoritos y obviamente yo no era una de ellas.
En Venezuela yo estudié diseño de moda y al llegar a Perú conocí lo que era gamarra, ahí decidí empezar, comencé como costurera y luego intenté abrir un pequeño taller de costura, pero me estafaron con el cuento de que con PTP no podía firmar documentos ni registrar nada a mi nombre, al menos eso me dijo Jaqueline.
Perdí mi inversión, mis diseños, perdí absolutamente todo, pero juré vengarme y eso hice, Jaqueline, se había casado hace unos meses y aunque su esposo no era de mi tipo (era un cuarentón) decidí empezar por ahí.
Comencé a escribirle a ser detallista con él hasta que poco a poco fue cayendo en mis garras, sin querer se volvió mi Suggar, me daba dinero para cualquier cosa que necesitara, me apoyaba inclusive me ayudó a traer a toda mi familia al Perú.
Hasta que Jaqueline nos descubrió, por un segundo tuve miedo, pero después solo me reía en su cara, había destruido su matrimonio y su negocio, mi venganza estaba completa.
Luego de eso entendí que con mi belleza podía lograr cualquier cosa que me propusiera y más en Perú donde los hombres se vuelven locos con las mujeres.
Hoy después de casi 6 años, ya cuento con mi apartamento, mi carro y mi negocio, como diría George Harris #triunfé
Con información de Venenews Perú.
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