En medio de una aparente sesión de “cardio” a las 2 de la madrugada, el reloj espía atrapó los latidos acelerados de una actividad que, digamos, no involucraba correr precisamente.
La tecnología a veces puede ayudarnos y en otras meternos en problemas. En este caso, el reloj inteligente pasó de contar pasos a revelar pasiones… bastante más apasionadas.
¿Privacidad? ¡Qué privacidad! El mundo ya no es seguro cuando tu propio reloj está listo para delatarte. En la actualidad, hasta nuestros latidos son del dominio público, ¡hasta nuestros dispositivos saben más de nosotros que nosotros mismos.
el mundo ya no es un lugar seguro pic.twitter.com/NNHJWocQ26
— Ivana (@Ivana27334337) August 3, 2023
Con información de Sabelo