La peculiar historia del «Galán de Tinder» brasileño atrapado por la policía

El llamado ‘Galán de Tinder’ fue detenido por la Policía brasileña tras permanecer nueve meses huido de la Justicia. El hombre usaba las plataformas sociales para atraer a sus víctimas, a las que seducía para pedirles altas sumas de dinero, y desaparecía.

Renan Augusto Gomes fue apresado en medio de una persecución policial de película, el pasado 22 de septiembre, en la avenida Raimundo Pereira Magalhaes, en la región de Pirituba, ubicada en la zona norte de Sao Paulo.

Esta operación policial se realizó de manera conjunta entre la Delegación Especializada en Investigaciones Criminales de Sao Bernardo do Campo y el Ministerio Público de Sao Paulo.

La Fiscalía responsabiliza a Gomes de «estelionato [fraude] calificado caracterizado por la manipulación sentimental afectiva de las víctimas».

El supuesto estafador estaba siendo investigado por la Justicia desde el año pasado. La orden de captura fue emitida en diciembre de 2021, pero el ahora aprehendido se había mantenido prófugo hasta septiembre de este año, recoge G1.

¿Cuál era el perfil del ‘Galán de Tinder’?

Gomes se presentaba en las aplicaciones de citas como un ingeniero que buscaba una relación seria, según la promotora de Justicia que actúa en el caso, Érika Pucci da Costa Leal.

El ahora detenido tenía varios perfiles en redes de citas como Tinder, Inner, Happn, Lovoo. Allí se llamaba Augusto Keller.

«Estoy soltero hace un año, entré en esta aplicación para buscar una relación seria. Si usted busca sexo o diversión, por favor, salga de mi perfil», había escrito en una de las plataformas, según publicó Tribuna Online.

Gomes se mostraba como un hombre afectuoso, atento, con temas de ausencia familiar y de mucha carga laboral, lo que usaba como excusa para evitar que conocieran su círculo social.

La historia que contaba era que sus padres, de origen alemán, habían muerto en un accidente automovilístico en la ciudad paulista de Araçatuba.

Mientras tanto, iba ganando la confianza de sus víctimas, mantenía encuentros personales con ellas, las visitaba en sus casas, conocía a sus familiares e iba abonando el terreno para que le entregaran bienes o valores.

¿Cómo envolvía a sus víctimas?

Gomes dejaba que la relación avanzara para comenzar a pedir dinero prestado, alegando que tenía problemas con el fisco y los bancos. Tras lograr su propósito, desaparecía y dejaba a sus supuestas parejas con deudas. Se calcula que siete mujeres fueron víctimas de sus estafas.

Entre sus mayores golpes financieros, se encuentran dos préstamos: uno de 200.000 reales (37.000 dólares) y otro de 100.000 reales (18.000 dólares) a una mujer a la que convenció de abrir una tienda en sociedad por la que obtendrían altas ganancias.

¿Cómo dieron con él?

La Policía de Sao Bernardo de Campo, que monitoreaba sus rutinas, se percató de que cada día dormía en sitios distintos. Además, se dio cuenta de que cambiaba constantemente de números de teléfono y que tenía varios perfiles con nombres falsos en las redes sociales.

Para lograr su captura, los agentes crearon un perfil ficticio en las mismas aplicaciones que usaba para dar con el sitio donde residía.

La madrugada del 22 de septiembre fue abordado por los agentes mientras salía con su auto de un estacionamiento. Al percatarse, aceleró y comenzó la persecución policial que quedó registrada en video.

En medio de su huida manejó en contravía, perdió el control del vehículo, chocó contra otros carros y se estrelló contra un árbol. Tras el accidente intentó escapar porque afirmó que no iba a entregarse a las autoridades.

El testimonio de una mujer

Una de las afectadas relató a G1 que conoció a Gomes en Rio Preto, en Sao Paulo, hace diez años. Manifestó que cuando salían a comer en lugares caros él no permitía que pagara la cuenta.

Recordó que en una oportunidad el hombre, con quien había entablado una relación, le dijo que había perdido la cartera y que necesitaba 300 reales (55 dólares) para viajar hasta la sede de su banco a resolver el asunto.

Tras ese primer desembolso, Gomes le pidió 800 reales más (145 dólares), para comprarle un celular a un costo muy por debajo del establecido en el mercado. Luego desapareció por un tiempo sin haber hecho efectiva la entrega del aparato ni el reembolso del dinero.

La víctima buscó más datos sobre el posible estafador y dio con el contacto de un hermano. Al llamarlo, le preguntó si su familiar era ingeniero, a lo que la voz del otro lado del teléfono le respondió: «Solo fue ingeniero de la casita del perro».

Como Gomes supo que la mujer seguía tratando de dar con él, la amenazó varias veces. En una oportunidad le dijo que iba a ver «si tenía el pecho fuerte», porque iba a ir a buscarla, y en otra le preguntó si su hijo iba a la escuela ese día, porque alguien se lo iba a llevar.