Con sus orejas peludas redondeadas y diminutos colmillos, ocho crías de lobo mexicano nacieron en un zoológico de Ciudad de México, en una camada extraordinariamente numerosa que contribuirá a salvar esta especie en peligro de extinción, endémica de la zona fronteriza con Estados Unidos.
Normalmente, las camadas de esta especie de pelaje ocre y negro con ojos color ámbar alcanzan un máximo de cuatro crías, y el nacimiento de estos ocho lobeznos «fue la camada más numerosa registrada en zoológicos de la capital» mexicana, desde el inicio en los años 80 de un programa binacional con Estados Unidos para la recuperación de este predador, indicó la secretaría de Medio Ambiente.
Sin testigos humanos, los lobeznos -seis machos y dos hembras- nacieron el 17 de abril al interior de una madriguera en un área arbolada del zoológico «Los Coyotes», haciendo crecer la familia a 17 miembros.
La madre, de nombre Pearl, se refugió en la madriguera una semana antes de dar a luz, mientras el padre, Yoltic, la protegía en todo momento aportándole alimento con ayuda de sus siete hijos primogénitos, de un año de edad.
«Cuando vimos a Pearl afuera, más delgada, supimos que habían nacido», cuenta Felipe Flores, cuidador de la manada desde hace dos años, al precisar que el nacimiento no fue filmado «porque debe ser lo más natural que se pueda» para que, si los expertos lo consideran viable, se pueda reinsertar a los lobos en la vida silvestre.
«Fueron muy precoces, salieron de la madriguera a las tres semanas y media. Los más pequeños son los más llamativos porque son los más juguetones y aventureros… ¡son una monada! (ternura)», relata sonriente frente al refugio cercado de 3.700 m2, que no está abierto al público.
Las autoridades lanzaron una votación en internet para que la ciudadanía elija los nombres de los lobeznos, todos de origen indígena: Arihué (Tiene Alma), Gamé (La Amo), Muchari (Nene), Bimorí (Niebla), Kanimi (Alegre) son algunos de ellos.
El lobo mexicano es la subespecie de lobo más pequeña de Norteamérica y está en peligro de extinción debido a la caza indiscriminada, la pérdida de su hábitat natural y, principalmente a su exterminio sistemático bajo el argumento de la existencia de rabia silvestre y de que ocasiona daños a la ganadería.
«Solo son 350 ejemplares en el mundo, no hay más», se lamenta Juan Manuel Lechuga, de la dirección general de zoológicos de Ciudad de México.
Según el experto, cerca de 156 lobeznos han sido concebidos en zoológicos de la capital desde 1989.
Hace siglos, el lobo mexicano deambulaba por las tierras silvestres de Arizona, Nuevo México y Texas (sur de Estados Unidos) así como en la Sierra Madre Occidental y Oriental de México. Era venerado por tribus indígenas por su misteriosa presencia, sus complejos vínculos sociales, sus habilidades de caza grupal y su particular aullido.