¿Se te ha ocurrido alguna vez llamar a un tarotista para saber qué te deparará el futuro?
¿Has visto alguna vez un programa con un clarividente y has pensado en ponerte en contacto con él porque querías conocer qué te iba a pasar próximamente? ¿Confías en este tipo de personas?
Si crees que la magia existe y que estos trabajadores esotéricos tienen poderes, es posible que cambies de opinión tras la confesión que ha hecho en ‘The Overtake’ una falsa psíquica, quien ha revelado sus técnicas para convencer a sus clientes de que puede leer la mente y ayudarles en el día a día con sus problemas.
Esta empresaria, a la que llamaremos «Sandra«, como el propio medio inglés ha decidido, ofreció una sesión gratuita a Katy Ward, periodista, para demostrarle lo fácil que es engañar a cualquiera.
¿Qué pasará?
Sentimos decepcionarte, no es Oda Mae Brown en ‘Ghost’ o la pitonisa Reynolds de ‘La que se avecina’. La vidente gana 30 libras por sesión (unos 34 euros) y lleva un atuendo cotidiano: una blusa de una conocida marca británica y raíces negras en lo que hace unos meses era pelo rubio.
Lo primero que hace la vidente es preguntarle por el padre de Ward. «¿Lo perdiste cuando eras joven y este hecho coincidió con un evento importante en tu vida?». «Me quedé cortada al escucharlo. Murió cuando yo tenía 18 años y el funeral fue tres días antes de mi entrevista universitaria», responde asombrada. Esta experta de la adivinación explica que buscó en Google cosas de la vida de la periodista y encontró un artículo antiguo donde había leído todo esto. «Los personajes públicos o que trabajan en medios son perfectos, lo cuentan todo», explica Sandra.
«Puedo saber perfectamente la edad, la profesión y la personalidad de alguien en cinco minutos. Siempre hay algo y alguien que no puede evitar contar algo en Twitter», continúa. ¿Todo el mundo revela y comparte algo en internet? La mayoría publica más de lo que creen. «Siempre pido el email antes de una cita y me anticipo investigando», explica. «No quiero que nadie piense que me hago rica con esto. Mis clientes deben saber que tengo una familia normal que lucha por llegar a fin de mes«, añade.
¿Qué misterios habrá?
Esta psíquica afirma que utiliza una combinación de investigación online e intuición. La periodista explica que muchos llamarían a esto «estafa», pero la profesional tiene una perspectiva diferente: «Soy una persona muy intuitiva y a menudo aprecio muchas cosas que otros extrañan. ¿Eso significa que tengo percepción extrasensorial? ¿Quién puede comprobar que no?».
«A veces solo quieren creer una fantasía y yo se la doy. Además, jamás digo que la información que tengo viene del más allá, simplemente lo omito. Algunos dirían que tienen un mensaje de un pariente muerto, en mi caso jamás lo haría. Es muy bajo», continúa.
«La mayoría de las veces vienen a ser felices, así que las cosas oscuras me las guardo. En tu caso (habla con la periodista) eres muy fácil porque hay muchas cosas en tus redes sociales y la mayoría enseña o dice más de la cuenta, más de lo que creen. Si alguien no tiene perfiles en Instagram o Facebook, Linkedin es una mina de oro. Digamos que si alguien ha cambiado de trabajo muchas veces, anhela estabilidad», confiesa.
Validación subjetiva
La mayoría de los que van a su «consulta» son mujeres de más de treinta y cinco años que buscan tranquilidad sobre una decisión importante en su vida. Una de sus lecturas más recientes fue con una chica que estaba a punto de casarse. Su prometido la había engañado antes y estaba desesperada por saber si se podía confiar en él. «Quería saber si su futuro esposo sería fiel, así que le dije que alguien que engaña siempre lo hará. Nunca cambian. Que saliera de ahí y no mirara hacia atrás. Casi todos los que vienen saben lo que necesitan, solo hay que darles un empujoncito. Vienen con el trabajo hecho«, comenta.
Si cuando la clarividente hace una declaración generalizada y tú la conectas desesperadamente con algo personal sin necesidad de creer que es verdad, es algo que sucede comúnmente. Es una forma de sesgo cognitivo que los psicólogos llaman «validación subjetiva«. Sandra no había escuchado antes este término, pero no le sorprende.
La actividad que ella desempeña no corre ningún peligro ante el Centro europeo del consumidor porque, según señala Sandra, «las leyes son muy ambiguas». «Entiendo que se diseñen medidas para las prácticas comerciales desleales, pero ¿cómo podría la policía investigar esto? Todo negocio que se base en las emociones es algo que no se puede probar«, asegura. «Si Reino Unido sale de la UE, la legislación se basaría en una Ley de Brujería de 1755 y me quemarían en la hoguera. Es de risa», concluye. reseña el confidencial