El calentamiento global amenaza también a la cerveza

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Si es que las actitudes respecto al cambio climático no cambian de cara a los recientes embates de huracanes o al informe particularmente espeluznante de las Naciones Unidas, quizá un nuevo reporte sobre la cebada sí logrará cambios.

Un equipo internacional de científicos sopesaron qué efecto tendrá el cambio climático en este cultivo hacia los próximos ochenta años y esperan que su alerta subsecuente sí movilice a la gente por encima de divergencias políticas.

Y es que pronostican una escasez de cerveza.

En un reporte publicado en Nature Plants, investigadores de China, el Reino Unido y Estados Unidos dicen que la sequía y el calor afectará tanto el cultivo de cebada para finales del siglo que cualquiera que disfrute de una cerveza se verá en aprietos. Se imaginan, por ejemplo, una disminución del 20 por ciento de todo el abasto en Estados Unidos o que el precio por botella se duplique en Irlanda. Aquí la alarma no es una previsión algo abstracta sobre el final de la civilización, sino anaqueles vacíos en tu tienda de la esquina.

Quizá parezca extraño o irrelevante centrarse en una bebida espumosa y fría dados los daños reales y potenciales de los desastres agravados por el cambio climático. “Se siente algo trivial discutir la cerveza”, dijo en un correo Christopher Field, director del Stanford Woods Institute y experto que recalcó el “análisis sólido” del estudio, en el cual no estuvo involucrado.

Sin embargo, hay que preguntarse: ¿trivial para quién?

De Irlanda a Inglaterra y de China hasta la República Checa, el amor o gusto por la cerveza la ha vuelto la bebida alcohólica más popular del planeta según el volumen de consumo.

Uno de los autores del estudio, Dabo Guan de la Universidad Tsinghua en Pekín y de la Universidad de East Anglia, en Norwich, dijo que el reporte está dirigido a los países de mayor desarrollo económico del mundo para evidenciar que el cambio climático sí afectará a todos y no solamente a las naciones más pobres que ya padecen escasez alimentaria.

“Sufriremos menos”, dijo sobre los países más desarrollados, pero habrá sufrimiento igual. El cambio climático “quizá no afecte nuestro pan”, añadió, “pero afectará nuestra cerveza”.

La idea para realizar el estudio surgió, justamente, en un bar, dijo Guan. Ahí se encontraron algunos participantes de una reunión científica en China, incluidos científicos climáticos, Guan (economista) y un experto en hacer modelos sobre cultivos. Si algo tenían en común, dijo Guan, era esto: “Todos amamos la cerveza”.

“Comenzamos a hablar del impacto agrícola del cambio climático, en la comida y después en la cerveza”, dijo.

Decidieron crear modelos matemáticos sobre el impacto del calentamiento global en el cultivo de cebada y juntarlos con los modelos del comercio internacional. El 17 por ciento de la cebada cultivada se usa para la cerveza; el resto para alimentar a animales, a decir de Guan.

El grupo incluso estudió otros bienes “básicos de lujo”, término que inventaron para referirse a la cerveza y otros productos que podrían estudiarse en el futuro, como el café y el chocolate. No son necesarios para sobrevivir pero si tienes los fondos suficientes se vuelven un consumo algo necesario.

Guan dijo que el análisis fue hecho según la distribución económica actual y que algunas cosas pueden cambiar; sin embargo, desde ya se puede estimar que si el precio por botella se duplica en Irlanda, será seis o siete veces mayor en República Checa.

En el peor de los escenarios pronosticados, en China el suministro de cerveza disminuirá 10 por ciento y en Estados Unidos, entre 15 y 20 por ciento. Estos dos países son los mayores consumidores totales de cerveza debido a sus poblaciones.

Algunas cerveceras ya tomaron en cuenta alertas como la del estudio. Anheuser-Busch, fabricante estadounidense de cervezas como Bud, Budweiser o Michelob, ya ha puesto a prueba nuevas cepas de cebada, a decir de la directora del departamento agrónomo en Estados Unidos, Jess Newman.

“Nos tomamos muy en serio la incertidumbre climática”, dijo Newman. “Los apasionados de la cebada ya están en ello”.