Derrumbando mitos: Quién dijo que la grasa de cochino es mala

Generalmente las grasas son nutrientes que se encuentra en algunos alimentos que consumimos, estas cumplen una función importante en nuestro organismo porque ayudan a generar membranas celulares, tejido nervioso (incluido el cerebro) y hormonas, según Nemours Kidshealth.

Sin embargo, no todas las grasas son «buenas»  también existen «malas» dependiendo de las que se consuma. Acá te contamos los tipos de grasas para que las tengas en cuenta al momento de alimentarte.

Grasas saludables: Los ácidos grasos Omega 3 son saludables para el corazón y ayudan a disminuir los valores de triglicéridos, los encuentras en el pescado (salmón, sardinas, atún blanco y trucha arcoíris). Asimismo, en las nueces, linaza y aceite de canola.

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Por otra parte, las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, también son saludables para el corazón y se consiguen en el aguacate, almendras, nueces pacanas, cacahuates, piñones, semillas de calabaza, semillas de ajonjolí o girasol. Además en aceite de oliva y aceitunas y en aceites vegetales como el aceite de girasol, maíz y soja.

Las grasas “malas” que deben evitarse:

Grasas saturadas: estas se encuentran principalmente en los alimentos provenientes de los animales (como la carne y los productos lácteos), pero también se encuentran en las comidas fritas y en algunas comidas envasadas. Se dice que no son saludables porque aumentan los niveles de LDL en el cuerpo (colesterol “malo”) y aumentan el riesgo de padecer enfermedades del corazón.

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Otras fuentes de estas grasas incluidas en los quesos con alto contenido de grasa, cortes de carne con alto contenido de grasa, crema y leche entera, mantequilla, helados o productos con helado y aceites de palma y coco.

Las grasas trans: son aceites líquidos transformados en grasas sólidas durante el procesamiento de las comidas, que se utilizan para extender el tiempo de caducidad de un producto, carecen de valor nutritivo y causan daño a la salud, como el aumento de los niveles de colesterol “malo” en la sangre, el incremento de los niveles de triglicéridos, enfermedades coronarias y vasculares, diabetes tipo 2 y aumento de peso. Según el informe publicado en la web del Gobierno de México.

¿Es esto un mito o realmente es así?

El Centro de Investigación en Alimentación y desarrollo (CIAD) explica en su informe, que la grasa de origen animal es más rica en AGS, aunque la cantidad varía dependiendo de la especie. Las grasas de vaca o cordero son más ricas en AGS que las de cerdo o conejo. Mientras que la grasa del pescado es más rica en AGP. Debido a que la manteca de cerdo es rica en AGM, al igual que el aceite de coco y el aceite de oliva, es más estable cuando se somete al calor y es más difícil que presente oxidación, lo que representa una de las razones para ser considerada una grasa más saludable que la de res.

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Asimismo, explica que recientemente se han publicado estudios científicos que indican que la grasa de cerdo es libre de grasas trans, tiene bajo contenido de sodio, es considerada rica en vitaminas B, C y D y calcio y contiene minerales como fósforo y hierro, ya que esta durante el calentamiento o fusión de la grasa de cerdo, esta reduce su contenido de agua, concentrándose más su contenido de ácidos grasos, sin sufrir modificaciones importantes.

Mientras que los aceites, si se calientan excesivamente, sufren alteraciones por efecto de la oxidación y al hacerlo producen sustancias que pueden causar enfermedades del corazón y potencialmente cáncer.

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