«La historia que sigue a continuación es sorprendente. Se trata de Tracey Thompson que tiene 54 años de edad y ha sido bendecida con el regalo de traer vida al mundo por segunda vez y en esta ocasión convirtiéndose en la madre de su propia nieta.
Kelley Mickssack la hija de Trace, tiene 28 años y su esposo 33, estos habían luchado por mucho tiempo con el problema de infertilidad que les impedía convertirse en padres, ya había perdido involuntariamente tres embarazos. Ambos deseaban con todo su corazón convertirse en padres y poder tener un bebé en sus brazos.
Ellos contaban con 4 embriones sobrantes de tratamientos de fecundación in vitro que habían realizado anterior cuando su madre trace se ofreció en convertirse en el vientre sustituto para dar a luz a su nieto. Aquí hay una imagen que muestra un cartel que dice: “su bollo, mi horno”.
Estas son las palabras expresadas por la hija de trace Kelley: “mi encantadora madre se ofreció a darme el más grande regalo que jamás podría tener en mi vida”.
De modo que tomaron la decisión después de consultar con los médicos para que trace llevara el bebé de su hija. A pesar de que ya había experimentado la menopausia, ella estaba en buen estado de salud, pero de igual modo se sometió a muchas pruebas físicas y psicológicas para asegurar que todo estuviera en orden.
Todo el embarazo marcho normal, en el momento de parto tuvo algunas complicaciones, por lo que se le realizó una cesárea. El médico que atendió el parto dijo: “se necesita una mujer fuerte como una montaña y creo que Tracey tiene un espíritu lleno de fortaleza”.
El bebé nació sano, una niña a la cual nombraron Kelcey, una combinación entre el nombre de su mamá y su abuela. La niña tuvo un peso de 2,72 kilos y es hermosa.
Después de la emoción de ver sana a la pequeña Tracey comentó: “nadie puede dar a alguien un regalo más grande, y es una bendición que yo pueda hacer esto para mi hija. No quería decepcionarla”.
Lo sorprendente de todo esto es que muchos años atrás Kelley le preguntó a su madre que si ella no podía tener hijos que si su madre se ofrecería a tenerlo por ella, su madre le dijo que sí, pero nunca imaginó que sucedería en realidad.
Así que esto fue una promesa cumplida cuando el embrión de Kelley fue implantado en Tracey el mes de abril de 2015 después de haberse sometido a varios tratamientos médicos para asegurarse que su cuerpo funcionara a la perfección para tener un bebé. Gracias a Dios todo salió de maravilla. Ahora todos celebran la vida de Kelcey».
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Fuente: http://blogsocl.com