La frase de “morderás el polvo” cobra mucho significado en la siguiente investigación.
Porque, muy a nuestro pesar, los expertos confirman que tragar polvo puede hacer que engordes.
Sí. El polvo doméstico se ha convertido en objeto de estudio, ya que las sustancias químicas presentes en su composición podrían estar causando alteraciones hormonales y ser uno de los motivos del aumento de peso y la obesidad. Según una investigación presentada recientemente en la Reunión Anual de la Sociedad de Endocrinología de 2019, en Nueva Orleans, “las sustancias químicas disruptoras endocrinas presentes en el polvo doméstico promueven el desarrollo de células grasas en un modelo celular y podrían contribuir a un mayor crecimiento en los niños en relación con su edad”.
Su investigador principal, Christopher Kassotis, afirma que “es una de las primeras teorías que investiga la relación entre la exposición a mezclas químicas domésticas y la salud metabólica de los niños”.
Anteriormente ya se descubrió que dichas exposiciones químicas pueden promover la acumulación de triglicéridos y el aumento de la obesidad en algunos animales. Se cree pues, que existe un vínculo entre esas sustancias químicas disruptoras endocrinas y el aumento de peso en los seres humanos.
Kassotis y su equipo investigaron el efecto de las mezclas químicas aisladas del polvo doméstico. Para ello, recogieron 194 muestras de polvo de hogares en el centro de Carolina del Norte. Luego, extrajeron los químicos del polvo en el laboratorio. Encontraron que concentraciones muy bajas de extractos de polvo podían promover la proliferación de células grasas y el desarrollo de células grasas. “Según la EPA (Agencia de Protección Ambiental) se calcula que los niños consumen entre 60 y 100 miligramos de polvo cada día”.
Tras medir más de 100 sustancias químicas diferentes en el polvo y analizar la relación entre sus concentraciones y el grado de desarrollo de las células grasas, encontraron que, aproximadamente 70 de los químicos tenían una relación positiva significativa con el desarrollo de células grasas. «Esto sugiere que las mezclas de sustancias químicas que se producen en el ambiente interior podrían estar causando estos efectos», afirma Kassotis.
La investigación concluyó que varios productos químicos estaban significativamente elevados en el polvo de los hogares de niños con sobrepeso u obesos. Lo triste es que muchos de esos productos los encontramos en casi todos los hogares: detergentes, pinturas, limpiadores… Sus partículas químicas volátiles e invisibles que flotan junto al polvo del hogar las respiramos cada día sin darnos cuenta y, si está investigación está en lo cierto, puede que estén alterando nuestro metabolismo de tal forma que, lejos de funcionar con normalidad nos lleva a ganar kilos. reseña mujerhoy