Gustavo Dudamel y la Orquesta Simón Bolívar se presentarán en el Festival Internacional de Edimburgo

El director de la Filarmónica de Nueva York participará en una edición que tendrá un enfoque más comunitario, según explicó su nueva directora, la violinista escocesa Nicola Benedetti, quien consideró la importancia para el futuro del festival de implicar a los ciudadanos, sin que se pierda la calidad del arte.

Gustavo Dudamel, director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, actuará el 26 de agosto en el Festival Internacional de Edimburgo, después del húngaro Iván Fisher, que lo hará el 8.

El músico venezolano estará en una edición del festival que tendrá un enfoque más personalizado, según explicó a EFE su nueva directora, la violinista escocesa Nicola Benedetti.

Dudamel dirigirá el 26 de agosto a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, la primera vez, desde 2017, que el nuevo director de la Filarmónica de Nueva York se reencuentra con su orquesta en un escenario internacional. El repertorio, entre otras, incluye obras de Mahler y Paul Desenne, músico y compositor venezolano que falleció en mayo.

Con un sentimiento más comunitario, el festival fundado en 1947 se pregunta tras la pandemia: ¿a dónde vamos desde aquí?, por lo que quiere involucrar al público atrayéndolo a debates y diálogos, pues Edimburgo «es una ciudad histórica donde surgen ideas increíbles», explica Benedetti.

La novel directora revela la importancia para el futuro del festival de implicar a los ciudadanos, si bien al mismo tiempo hay que ser «implacables a la hora de presentar el mejor arte del mundo». «Continuaremos haciendo eso, pero con un toque y un enfoque más personalizados», manifiesta.

Benedetti ambiciona en su debut hacer que la gente participe más en el festival. Cuando concluya, el 28 de agosto, desea «haber sido capaz de comunicarse de forma directa con el público (…), ya que se trata de hacer el viaje juntos».

La inauguración oficial fue en el centro de la capital escocesa con una explosión sobre música, «uno de los inicios más grandes en la historia del festival», adelantó a EFE Olivia Furness, que forma parte de la organización.

Músicos provenientes de toda Escocia se dieron cita a mediodía para celebrar el comienzo de la 76ª edición del certamen, que, como es habitual, combina todo tipo de espectáculos musicales y de las artes escénicas.

Con la diversidad propia del EIF, se incluye al dramaturgo del Barroco español Pedro Calderón de la Barca con una renovada visión de La vida es sueño por la compañía Cheek By, del 23 al 27 de agosto.

Preguntada por la mayor presencia española y latina en la cita escocesa, Benedetti recomienda prestar atención «en los próximos años». «Verás mucho más», anticipa.

El heterodoxo Fringe

La ecléctica oferta del Fringe, el festival paralelo con miles de espectáculos alternativos y callejeros, también lleva acento español, pues Don Quixote estará presente durante dos semanas de la mano de dos payasos finlandeses que ofrecerán su versión de la obra maestra de Miguel de Cervantes.

«Sentimos una fuerte afinidad con Don Quijote y Sancho Panza», dicen Timo Ruuskanen y Tuukka Vasama a EFE, en alusión a que han pasado una década «trabajando juntos, siempre en la carretera».

«Don Quijote es un gran libro de humor, pero también con importantes temas que están al día incluso 400 años más tarde», afirman.

El Fringe acoge a artistas de todo el mundo que dan vida a la mayor celebración cultural internacional, con más de 3.350 espectáculos de danza, musicales, comedia, circo o cabaret.

«Es nuestra primera vez en Edimburgo, me siento muy ilusionada. Es genial estar rodeados de otros artistas con sus propuestas», dice a EFE Sophie Vissche-Lubinizki, productora canadiense de The Hive (La colmena), una obra de ciencia ficción queer.

Otros son más expertos en el certamen, como Morgan Brame y el resto de la compañía que presenta por undécima vez The Improv Musical, un musical improvisado donde «el público elige el entorno, los personajes, el título…», explica el director. «Es algo absurdo, pero muy divertido. Nunca sabes qué esperar», declara.

El festival cuenta este año con una aplicación móvil que facilita el disfrute del Fringe y la localización de los espectáculos que los cientos de artistas han preparado para la ocasión, y que harán que la ciudad de Edimburgo se convierta, un agosto más, en un escenario. EFE