90 años de la inauguración del Empire State

Empire State iluminado de verde por el Día de la Tierra

Fue el techo del mundo por décadas. Hoy no reina ni en su propia ciudad, pero el Empire State se mantiene como el más icónico de los rascacielos del planeta. El edificio cumple este sábado 90 años desde su inauguración, un lejano 1 de mayo de 1931. Ese día arrebató al edificio Chrysler la corona que mantuvo 40 años.

Con 380 metros de alto que se van a 443 con su antena, el «icono internacional y símbolo de los sueños, batió todos los récords y marcó tendencias hace ya 90 años», afirmó Anthony E. Malkin, presidente, director general y consejero delegado del Empire State Realty Trust, su propietario.

Solo bastaron 13 meses para construirlo, siendo el más alto del mundo hasta los setenta, al levantarse las Torres Gemelas. En estas nueve décadas ha sido testigo privilegiado de la vida de la ciudad.

Con una imponente entrada desde la Quinta Avenida, sus piezas de Art Deco suponen un viaje en el tiempo para los que tengan la suerte de entrar por sus puertas. Sus últimas plantas, sede del Observatorio del Empire State, son una visita obligada para los turistas que visitan Nueva York. Una oportunidad de contemplar la Gran Manzana desde los cielos que espera con ansias el regreso de los visitantes a partir del 1 de julio, con la reapertura tras la covid.

En el 2019 justo se completó un rediseño con nuevo museo y una inversión de 165 millones de dólares, unos 137 millones de euros.

Por aquí han pasado desde la Reina de Inglaterra hasta la «Reina de la Navidad», Mariah Carey, ironizan desde la propiedad. Tras su visita siempre van a parar a la tienda de regalos, donde se prevén nuevos productos conmemorativos por el 90 aniversario.

En 1945 un avión de guerra choca contra el Empire State

Otro de sus distintivos es su juego de luces, que iluminan el Empire State de todo tipo de colores en fechas señaladas. Para su cumpleaños, se teñirá de blanco. Pero puede mostrar hasta 16 millones de colores, según los propietarios, tras renovarse el sistema en el 2012.

Vista del 11S al fondo el atentado al World Trade Center

Pese a su longevidad, el edificio no ha quedado atrás en el tiempo. «Está completamente modernizado para el siglo XXI», asegura Malkin, destacando su eficiencia energética, la calidad medioambiental interior y las prácticas de salud. En la última década las rehabilitaciones y mejoras han supuesto 450 millones de euros en inversiones.

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