FaceApp, la aplicación que envejece o rejuvenece el rostro humano a partir de una foto, vuelve a aparecer tras un año de su lanzamiento oficial, esta vez con la nueva funcionalidad de poder cambiar de sexo, aunque las polémicas sobre el uso de los datos de los usuarios no cesan.
La oportunidad de cambiar la edad de una persona utilizando una imagen de esta, hizo que la aplicación causara furor en el público. Las imágenes modificadas de personalidades, relacionadas con la cultura, la política y el deporte, se viralizaron en las redes sociales.
La aplicación se desarrolla mediante un sistema neuronal basado en inteligencia artificial que obtiene de cada imagen los datos biométricos, los analiza y los transforma, de ahí que existan potenciales peligros.
La letra pequeña y la política de privacidad
Son muy pocos los usuarios que en el momento de instalar una aplicación leen la letra menuda donde se le permite a la empresa desarrolladora acceder a la información personal del cliente. Algo que los expone a riesgos no previstos.
La pregunta de los expertos en ciberseguridad es qué hace FaceApp con los datos biométricos obtenidos y a quién le entrega la información. En el apartado tercero del contrato los usuarios aceptan que sus datos biométricos sean entregados a terceras partes.
Datos que recopila
Los términos de servicio de la aplicación no son muy diferentes a los de otras aplicaciones, por lo que puede recopilar «contenido del usuario (por ejemplo, fotos y otros materiales) que publica a través del servicio».
FaceApp también realiza un «monitoreo» de la actividad del usuario, incluidas «las páginas web que visita» y su ubicación, y recopila «metadatos» sobre cómo interactúa el usuario con el servicio.
Aunque en su aviso de privacidad se aclara que «no alquilaremos ni venderemos su información a terceros», algunos analistas han resaltado que la información se puede llevar a una jurisdicción diferente a la del país donde esté el usuario.
Suplantación de identidad
«Se puede suplantar la identidad de alguien a través de una mera foto», afirmó el responsable del Departamento de Productos y Tecnologías de Seguridad del Centro Criptológico Nacional (CCN), José Miguel Loste, durante una mesa redonda organizada por la industria tecnológica Ametic y Samsung en 2019.
La suplantación de identidad por biometría es un gran riesgo, según Loste, entre otros motivos porque la cara es una de las herramientas más habituales para comprobar la identidad de una persona en aplicaciones móviles.
https://twitter.com/faceapp_ai/status/1270642315158323201