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Las también conocidas como ‘Lágrimas de San Lorenzo’ ofrecerán su máxima visibilidad del 11 al 15 de agosto, mientras que esta luna enorme y brillante alcanzará el punto de su órbita más cercano a la Tierra, el perigeo, el día 30
Cada año por estas fechas nuestro planeta atraviesa una zona del sistema solar plagada de cuerpos rocosos, que fueron arrojados al espacio por el cometa Swift-Tuttle. Este cometa, de 25 kilómetros de diámetro, es considerado como el objeto conocido más peligroso de los que vagan por el espacio, ya que su órbita se cruza con la de la Tierra cada 133 años, en esta región del sistema solar que ahora atravesamos.
Cuando estos fragmentos son atraídos por nuestro planeta, su fricción con los gases que forman la atmósfera provoca un calentamiento que hace que estos se calcinen y brillen durante un breve instante, creando lo que conocemos como “estrella fugaz”.
Este año es excelente para observar las Perseidas pues su máximo de actividad concurrirá con la luna prácticamente oculta del Sol
Así, desde principios de agosto y hasta el día 22 aproximadamente, podremos ser testigos cada noche del brillo de las Perseidas (conocidas así porque parecen surgir de la constelación de Perseo), aunque éstas tendrán su momento de mayora actividad en la noche del 12 al 13 de agosto. La cercanía de esta fecha al día de San Lorenzo (el 10 de agosto), hace que las Perseidas sean conocidas también como las “lágrimas de San Lorenzo’ en honor al santo español que fue quemado vivo en Roma.
Este año es excelente para observar las Perseidas pues su máximo de actividad concurrirá con la luna prácticamente oculta del Sol (luna nueva el día 14), por lo que cualquiera de las noches entre los días 12 y 15, tendrá la suficiente oscuridad como para poder observarlas en toda su plenitud.
Otro de los eventos astronómicos destacados de este mes de agosto es la llamada superluna, que se dará los días 29 y 30 de agosto, cuando en nuestros cielos podremos disfrutar de una luna mucho más grande y brillante de lo habitual. La luna llena coincidirá con nuestro satélite ubicado muy cerca del punto más próximo a la Tierra a lo largo de su órbita. Esto hará que el tamaño aparente de la luna llena sea un 16% más grande y que su brillo sea un 30 % más alto, en un fenómeno al que los astrónomos denominan “superluna”.