Google presentó este martes Pixel 6, su nueva gama de smartphones, un mercado en el que el gigante tecnológico nunca ha conseguido penetrar.
La estrella del nuevo terminal es su procesador, apodado Tensor, el primero diseñado por Google y «la innovación móvil más importante en la historia de nuestra compañía», según Peter Prunuske, director de productos Pixel.
«Es la culminación de años de inversión en inteligencia artificial», añadió en una rueda de prensa.
La empresa californiana domina ampliamente las búsquedas en internet y la economía del sector de los móviles, ya que 80% de los teléfonos inteligentes y tabletas del mundo usan su sistema operativo, Android.
También lidera la carrera de los coches autónomos, está cerca de Amazon y Microsoft en la nube (computación remota) y su aplicación Google Maps arrasa como navegador.
Pero en el sector de los teléfonos inteligentes, las diferentes evoluciones de Pixel han tenido papel «pobre» en cuanto a ventas, señala Brad Akyuz, del Grupo NPD.
Según el analista, esto se debe a las imperfecciones técnicas, pero también al control férreo de este sector por parte de Apple y Samsung. En Estados Unidos y Canadá, Google tenía menos del 2% del mercado en septiembre, muy por detrás de la estadounidense Apple (53%) y la surcoreana Samsung (28%), según el sitio Statcounter. A nivel mundial, ni siquiera aparece en las clasificaciones.
«Pixel destaca en el aspecto del software, pero esto no ha sido suficiente para diferenciarse de sus rivales, como Samsung, que siempre ha sabido reaccionar con rapidez», afirma Brad Akyuz.
En concreto, señala que el software de la cámara de fotos de los smartphones de Google es desde hace tiempo más sofisticado, hasta el punto de producir imágenes de calidad «similar o mejor» que las de otros dispositivos con dos o tres lentes.
«Samsung se ha puesto al día rápidamente, y las múltiples cámaras de los Galaxy son un factor de venta mucho mejor entre los consumidores que no se preocupan por la informática».
«Una nueva oportunidad»
El gigante californiano espera ganar protagonismo con el Pixel 6 y el Pixel 6 Pro, que partirán de 650 y 900 euros respectivamente, por debajo de los últimos iPhones.
Google apuesta esta vez por su experiencia en el aprendizaje automático, que supuestamente hará que la experiencia del usuario sea más intuitiva.
Esta función «ofrece capacidades que sólo un teléfono de Google puede ofrecer, como la función de traducción instantánea que te permite traducir mensajes y vídeos (también disponible sin conexión)», dice la descripción del nuevo dispositivo.
Google también asegura que los Pixel 6 son más resistentes y seguros gracias a un nuevo chip que protege «eficazmente contra los hackers».
La compañía lleva intentando abrirse paso desde antes del lanzamiento de su primer Pixel, en 2016.
La empresa adquirió el fabricante de teléfonos Motorola en 2012 por 12.500 millones de dólares. Dos años después se la traspasó a la china Lenovo por menos de 3.000 millones de dólares.
«Nos hemos expandido bien desde la primera generación (de Pixel)», subrayó Prunuske.
«Ahora estamos presentes en más de diez mercados (…) y hemos crecido significativamente en los últimos cinco años».
El grupo tecnológico espera beneficiarse del abandono del mercado por parte de LG.
La empresa surcoreana, actual número cuatro en Estados Unidos, anunció en abril que deja de fabricar smartphones.
«Con la salida de LG, el mercado busca un sólido número 3 (no necesariamente en términos de volumen), y Google tendrá una nueva oportunidad de posicionarse en el campo de los teléfonos de gama alta», dice Akyuz.
«Los actuales problemas de suministro, que afectan incluso a los líderes del sector, podrían suponer un reto importante para Google si la demanda es elevada», advierte.
Según Bloomberg, Apple tuvo que reducir sus objetivos de producción del iPhone 13 antes de las vacaciones a 80 millones, en lugar de 90 millones, debido a la escasez mundial de chips electrónicos.