Extractos de ocra, planta también conocida como quingombó, y otras de las llamadas suculentas usadas comúnmente en la cocina pueden ayudar a remover peligrosos microplásticos de las aguas residuales, informaron científicos el martes.
La nueva investigación se presentó en la reunión de la primavera boreal de la Sociedad Química estadounidense y ofrece una alternativa a los químicos sintéticos actualmente usados en plantas de tratamiento de agua que pueden significar riesgos para la salud.
«Con el fin de avanzar y remover microplásticos u otro tipo de materiales, debemos usar componentes naturales no tóxicos», afirmó la investigadora líder Rajani Srinivasan, de la universidad de Tarleton State en un video explicativo.
La ocra se usa como un agente reductor en muchas preparaciones culinarias, como en el Gumbo, un guiso de Louisiana. También es un elemento básico en la cocina del sur de Asia, donde se le llama «bhindi».
En una investigación previa Srinivasan examinó cómo la sustancia pegajosa de la ocra y de otras plantas podía remover los contaminantes de origen textil del agua e incluso microorganismos y ahora quería ver si esto podía aplicarse a los microplásticos.
Se ha demostrado que la ingesta de microplásticos, de 5 milímetros o menos, daña a los peces en muchos aspectos, desde el trastorno de sus sistemas reproductivos, hasta la atrofia de su crecimiento y daños en el hígado.
Se teme que también podría tener impactos negativos en los humanos, sin embargo se necesita más investigación. Los microplásticos también pueden llegar a ser cancerígenos o mutagénicos, lo que significa que estos pueden, potencialmente, incrementar los riesgos de cáncer o de mutaciones del ADN.
Por lo general, las plantas de tratamiento de aguas residuales remueven los microplásticos en dos etapas.
La primera los filtra de la superficie del agua, aunque esto es solo una pequeña parte; el resto se remueve con químicos que aglutinan las partículas en grupos más grandes que se hunden en el agua y pueden ser separados.
El problema con estos químicos, como la poliacrilamida, es que pueden descomponerse en otros compuestos tóxicos.
Por esto, Srinivasan y sus colegas siguen investigando como se comportan algunos extractos que se pueden conseguir en supermercados como el de la ocra, el aloe, el cactus, entre otros.
Los investigadores probaron con cadenas de carbohidratos conocidas como polisacáridos, provenientes de estas plantas por separado, pero también en combinación con otras, en diferentes muestras de agua contaminada, examinando al microscopio antes y después para determinar el nivel de remoción de partículas en el agua.
La investigadora Srinivasan, espera escalar y comercializar el proceso permitiendo un acceso más amplio al agua potable, limpia y segura.
La fuente del microplástico es la producción estimada de unas 8.000 millones de toneladas de plástico en el mundo desde los años cincuentas, del cual, menos del 10% ha sido reciclado. AFP