La UE aplica una nueva legislación para que los vehículos que no emiten sonidos no supongan un problema para la seguridad vial
Una de las ventajas de los vehículos eléctricos e híbridos es que no generan ruido, por lo que ayudan a la disminución de la contaminación acústica. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta provoca daños en la salud de las personas, tanto la física (pérdida de la audición), como psicológica (ansiedad, estrés, irritabilidad). Sin embargo, esta virtud puede suponer un inconveniente para la seguridad del resto de usuarios de la vía.
A partir de este lunes ha entrado en vigor una nueva medida de la Unión Europea que obliga a los vehículos a seguir unos requisitos mínimos de emisión de sonido para que sean más fácilmente percibidos. Desde ayer es necesario actualizar los requisitos del sistema de alerta acústica de vehículos (AVAS, por sus siglas en inglés) de todos los vehículos silenciosos de transporte por carretera en Europa, como los eléctricos híbridos y eléctricos puros.
Esta ley comunitaria afecta a los modelos de nueva homologación a partir del 1 de julio y a todos los que se comercialicen a partir de julio de 2021. La medida pretende dar así un tiempo de adaptación a los fabricantes y consumidores. Esta modificación afectará, según la propia institución, a los vehículos de las categorías N y M, es decir, a los vehículos de motor para el transporte de personas y a los de mercancías.
Los coches tendrán que emitir sonido cuando vayan a menos de 20 kilómetros por hora y cuando circulen marcha atrás. El sonido que se añada lo podrán decidir los diferentes fabricantes, pero la legislación de la UE especifica que deberá ser similar al de un motor de combustión tradicional y estar entre los 56 y los 75 decibelios. También quedará prohibida la desactivación manual del ruido, una opción que era posible antes en este tipo de transportes.
Según la Unión Europea, esta decisión se debe a que la reducción del ruido ha eliminado una fuente importante de la señal acústica que advierte a los usuarios más vulnerables de la vía, como pueden ser las personas con discapacidad visual o ciclistas, por lo que es un cambio para la mejora de la seguridad de los mismos. Hace unos años, la ONCE ya manifestaba que la probabilidad de choque con una persona aumenta un 40% en relación con los automóviles más audibles.
La Unión Europea lleva desde el año 2018 preparando esta normativa y empieza ahora a funcionar, tras las consultas que hizo la Comisión Europea a un comité de expertos formado por 58 miembros.
La Asociación de Talleres de Madrid (Asetra) cree que esta medida es positiva. «Nos parece bien el objetivo que pretende: evitar los accidentes que se producen como consecuencia de no haber oído la presencia cercana de un vehículo». Para Mario Arnaldo, presidente de la Asociación de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), una de las ventajas de estos vehículos era que disminuían la contaminación acústica, pero cree que esta norma era necesaria. “Desde el punto de vista de la seguridad vial generaba un problema. Se necesita un sistema de aviso que informe al resto de usuarios de que un vehículo está en circulación”, concluye.