En un país lastrado por nueve años de guerra donde son habituales las colas para comprar productos básicos y una gran parte de la población vive bajo el umbral de la pobreza, los modelos de iPhone 12 comercializados por la siria Emmatel se han agotado en cuestión de días y la compañía ha tenido que lanzar este martes una segunda remesa.
«Se han agotado todas las cantidades proporcionadas al mercado sirio en la primera tanda del iPhone 12, que funcionan con una línea SIM. Emmatel ofrece exclusivamente un nuevo lote del mismo teléfono en versión dos líneas y la venta comenzará mañana en todas nuestras salas», anunció anoche la empresa en su página de Facebook.
Acompañan al mensaje fotografías de jóvenes probando el producto y una muchedumbre agolpada a las puertas de una de las tiendas en Damasco de esta empresa vinculada al régimen.
El primer celular compatible con las redes de internet de altísima velocidad 5G, lanzado en la capital siria el pasado viernes en un evento por todo lo alto con premios y regalos para los asistentes, se agotó en tan sólo tres días.
Todo ello pese a que el dispositivo, con cuatro versiones distintas que varían en dimensiones y especificidades técnicas, oscila entre los 3.200 y 4.400 dólares al cambio oficial (entre 1.800 y 2.500 al cambio del mercado negro), en un país donde un 83 % de la población vive con menos de 100 dólares al mes.
Emmatel asegura que se ha convertido en el primer distribuidor de Oriente Medio en poner a disposición de sus clientes el último modelo del gigante tecnológico Apple, al tiempo que publicaba imágenes y vídeos en directo de decenas de personas esperando bajo un gran retrato de Bachar al Asad.
La fotografía del presidente sirio, con un paisaje montañoso de fondo, estaba colocada sobre el letrero naranja del comercio.
Pese a las sanciones
La compañía de telecomunicaciones ha logrado sacar al mercado el último producto del gigante estadounidense a pesar que a finales del pasado septiembre el Departamento del Tesoro de EE.UU. impuso sanciones a su propietario, Khodr Taher Bin Ali.
Washington sancionó entonces no sólo a Taher, cercano al Gobierno de Bachar al Asad, sino también a sus redes de negocios «que generan beneficios al régimen y sus partidarios», entre los que se encuentran una empresa de seguridad contratada por el Ejército sirio y la propia Emmatel.
La empresa de Taher no ha explicado cómo ha conseguido las unidades del teléfono ni ha precisado cuántas se han puesto a la venta.
«La esposa de Bachar al Asad, Asma al Asad, ordenó presuntamente el establecimiento de Emmatel para crear alternativas al imperio de Rami Makhlouf, primo de Bachar al Asad, y romper el dominio de su empresa Syriatel en el mercado de telecomunicaciones sirio», llegó a decir el Departamento del Tesoro.
Colas y escasez
Siria vive una de sus peores crisis económicas desde 2011 agravada por la mala situación que vive su país vecino, el Líbano, una situación de la que el régimen de Al Asad responsabliza a las sanciones de Estados Unidos.
Por ello, el anuncio de Emmatel provocó un aluvión de críticas en las redes sociales por parte de los internautas sirios, que hicieron alusión a las difíciles condiciones de vida en el conflictivo país árabe y a las habituales colas para obtener productos básicos como combustible y harina de trigo.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) alertó este mes de una escasez «aguda» de combustible en toda la nación debido al desplome del valor de la moneda siria, las sanciones que reducen la capacidad de importación y las tareas de mantenimiento en la mayor refinería del país.
A ello se suma una crisis de harina de trigo, con la producción de este cereal un millón de toneladas métricas por debajo de lo necesario para cubrir la demanda doméstica, según dijo hoy mismo el jefe humanitario de Naciones Unidas, Mark Lowcock, ante el Consejo de Seguridad.
«Los precios de los alimentos, que se mantuvieron relativamente estables en agosto y septiembre, están más de un 90 % más altos que hace seis meses, con una subida anual del 236 %», recordó Lowcock, al advertir de que «muchas» familias no se pueden permitir comprar productos básicos. EFE