“Nadie puede acceder al contenido de ese mensaje: ni los criminales, ni los hackers ni los regímenes opresivos. Ni siquiera nosotros mismos”, fueron las palabras de Jan Koum, cofundador de WhatsApp, tras el anuncio de que la famosa mensajería decidió cifrar sus mensajes.
El cifrado consiste en blindar cada mensaje que se escribe en la aplicación mediante una llave temporal y única, que solamente puede descifrar su destinatario. En este sentido, cuando un usuario escribe un mensaje en su smartphone y lo envía por WhatsApp, el contenido sale del dispositivo ya cifrado, viaja a los servidores de la aplicación y es su destinatario el único que puede acceder a la información.
“Para mí, se trata de una cuestión personal (…) Nací en plena URSS, bajo gobiernos comunistas, y el hecho de no poder hablar con libertad fue uno de los motivos por los que mi familia emigró a los Estados Unidos”, relató el emprendedor oriundo de Ucrania en un artículo de El País.
El blindaje que aplicaron a la aplicación de mensajería incluyen las llamadas telefónicas que realicen los usuarios y según afirmaron los desarrolladores, ni los propios servicios de inteligencia podrán escucharlas.
El cambio no requiere ninguna acción por parte del usuario, el cifrado se realizó de forma automática desde los servidores de Whatsapp.
“Esta decisión ofrece la garantía de que los mensajes no están siendo interceptados por terceras partes no autorizadas y los usuarios tienen la confianza de saber que únicamente los destinatarios están leyendo el mensaje”, subrayó el directivo de Intel Security, Raj Samani.
SM