Apple lanzará tres nuevos modelos de iPhone de gran tamaño, que heredan los mayores cambios estrenados el pasado año en el iPhone X
Toca a su fin el aburrido liderazgo de Apple, que nos tiene acostumbrados a lanzar cada otoño un nuevo modelo de smartphone, con ligeros retoques de diseño y mejoras en las prestaciones. La rutina se empezó a romper el año pasado con el experimental iPhone X; y todos los rumores y filtraciones apuntan a que en 2018 serán tres los modelos nuevos, algo que Apple nunca ha hecho y que supondrá la primera gran revolución en su gama de sus teléfonos móviles desde 2014, cuando se lanzó a fabricar teléfonos grandes.
El pasado mes de junio, Ming-Chi Kuo —el más prestigioso analista de la compañía de la manzana— dio solidez a esos rumores de tres nuevos modelos, que empezarían con uno de pantalla de 5,8 pulgadas (como el actual iPhone X), acompañado por otros dos de tamaño aún mayor: 6,1 y 6,5 pulgadas, respectivamente. Y las recientes filtraciones de supuestos componentes de esas pantallas parecen confirmar esa predicción.
Según Kuo y otros analistas que llevan meses intentando anticipar los siguientes movimientos de Apple —para ello vigilan a los proveedores que a estas alturas ya han empezado a fabricar en secreto los nuevos modelos—, los de 5,8 y 6,5 pulgadas llevarán pantallas OLED (como las del iPhone X), mientras que el de 6,1 pulgadas tendrá una pantalla LCD (como la del iPhone 8, pero con una importante mejora).
Adiós al botón de inicio
El uso de una tecnología LCD más moderna permitiría a Apple lograr que la pantalla ocupe casi toda la superficie frontal del teléfono y así los nuevos tres modelos de 2018 podrán tener el mismo diseño “sin marco” del iPhone X, incluida su polémica barbilla. Esa muesca en la pantalla la ocupa un complejo sistema de cámaras y sensores que, más allá de hacer selfis, permiten desbloquear el teléfono mediante reconocimiento facial. Y según acaba de publicar Forbes, se ha detectado un enorme incremento en la fabricación de esos sensores, lo cual confirmaría que Apple va a generalizar su gran innovación de 2017.
Todo eso significaría decir adiós a su icónico botón de inicio (presente desde el iPhone original de 2007 hasta el iPhone 8) y apostar definitivamente por sustituir la identificación mediante huellas dactilares (integrada en ese botón desde 2013) por el reconocimiento facial. Ese es uno de los terrenos tecnológicos en los que Apple tiene mayor ventaja sobre los fabricantes de teléfonos Android, que no han logrado aún un sistema lo suficientemente fiable como para desterrar las huellas dactilares.
¿Triple cámara?
En cambio, Huawei se adelantó a Apple esta primavera con la triple cámara trasera de su modelo P20, que permite más zoom óptico y apertura del objetivo. Es decir, entre otras cosas, saca mucho mejores fotos de objetos lejanos y de escenas con poca luz.
Eso debe doler a Apple, que siempre ha presumido de que sus teléfonos hacen las mejores fotos (aunque ya hace años que no tienen las mejores cámaras). Y una de las grandes incógnitas de la nueva gama de iPhone para 2018 es si alguno de ellos vendrá con triple cámara. Ese podría ser el gran reclamo del modelo de mayor tamaño, de 6,5 pulgadas, que antes de nacer ya ha sido bautizado como iPhone X Plus. Sin embargo, la mayoría de los analistas coinciden en que no habrá triples cámaras hasta 2019; así que, si esto es cierto, Apple está obligada a ingeniárselas para seguir innovando con la doble cámara que tendrán, eso seguro, el nuevo iPhone X de 2018 (de 5,8 pulgadas) y también el supuesto modelo de 6,1 pulgadas. Muchos analistas ya denominan iPhone 9 a este último modelo.
USB-C y más batería
Algunos rumores apuntaban a que Apple podría atreverse a reemplazar con un puerto USB-C (como el de sus ordenadores portátiles) el único conector que queda en sus iPhone, denominado Lightning, pero este todavía presenta ventajas que hacen poco probable el cambio. Sí que suenan más fiables las filtraciones que apuntan a que todos los nuevos modelos de 2018 traerán en su caja un cargador USB-C de 18 vatios, lo que permitirá recargar los teléfonos el doble de rápido que con el actual cargador USB de 5 vatios. Con esa mejora Apple intentará contentar a sus usuarios, que no deberían esperar un gran salto en la duración de la batería, pero sí algunas mejoras debido a que en esos teléfonos mas grandes caben baterías también mayores y al ahorro de energía que traerán el sistema operativo iOS 12 y los nuevos procesadores.
SIM Dual y 4G más rápida
En el capítulo de novedades aburridas, como cada año se presentarán una nueva generación de procesadores diseñados por la propia Apple para ser el motor de sus teléfonos móviles (en 2018 serán los A12), que también incorporarán nuevos chips para su conectividad a las redes de telefonía. A la espera de la llegada de la tecnología 5G a partir de 2020, permitirán una mayor velocidad de conexión a Internet en aquellos lugares donde haya redes 4G de última generación.
Además, podría caer una de las últimas barreras de la Apple de Steve Jobs. Hasta ahora solo se pueden usar a la vez dos tarjetas SIM en teléfonos Android, cosa que podría cambiar si alguno de los nuevos modelos incorpora una SIM virtual interna, que puede hacer funcionar el teléfono con otro operador diferente al de la la tarjeta física, y sin necesidad de extraerla, según apuntan algunos rumores.
Precios más agresivos
El analista Ming-Chi Kuo lo tiene claro: Apple se lanzará a una estrategia de precios más agresiva, rebajando el nuevo iPhone X hasta los 800-900 dólares (el actual cuesta 1.000 dólares), mientras que el iPhone X Plus costaría a partir de 1.000 dólares. El denominado iPhone 9 empezaría en 600-700 dólares y ocuparía el lugar del actual iPhone 8.
Así, en la gama alta se situarían el nuevo iPhone X (5,8 pulgadas) y el iPhone X Plus (6,5 pulgadas) —ambos con pantalla OLED— , en la gama media quedaría el iPhone 9 (con pantalla OLED de 6,1 pulgadas) y… ¿qué sucederá con la gama baja?
Si así puede denominarse al nicho de mercado ocupado por los teléfonos que cuestan menos de 500 dólares, y en el que ahora el teléfono más barato de Apple, el iPhone SE (350 dólares, pantalla de 4 pulgadas), lo más probable es que desaparezca ese modelo basado en el viejo diseño del iPhone 5 de 2012. Aunque se ha llegado a especular con el lanzamiento de un iPhone SE 2 —que también tenga el diseño “sin marco” del iPhone X y reconocimiento facial—, eso sería realmente sorprendente.
¿Y el iPhone SE?
Para sus smartphones más baratos, Apple ya nunca usa diseños nuevos, sino que recurre a rebajar modelos que lleva tiempo fabricando, como son los actuales modelos con pantallas de 4,7 pulgadas (iPhone 7 y 8) y sus hermanos mayores de 5,5 pulgadas (iPhone 7 Plus y 8 Plus). Analizando la estrategia de Apple en los últimos años, lo más coherente es que arranque su nueva gama de teléfonos móviles con esos modelos rebajados, ya que su montaje le deja amplios márgenes de beneficio.
Y es que, en medio de multitud de rumores y algunas filtraciones, en la profunda renovación que se espera para los iPhone en 2018 hay varias tendencias que se dan por seguras: teléfonos más grandes, y con el diseño y el reconocimiento facial estrenados en el iPhone X. Pero hay otra cosa que no va a cambiar, por mucho que pinche el globo de fantasiosos rumores: el primer objetivo del gigante tecnológico es seguir aumentando sus beneficios y mantener así ese liderazgo en la telefonía móvil, sea más o menos aburrido. reseña Diario El País