Este jueves se cumplió un año desde que la empresa tecnológica OpenAI realizara el lanzamiento su popular chatbot de inteligencia artificial (IA) generativa, ChatGPT, marcando el despegue para esta novedosa tecnología. El producto, de la autoría del director ejecutivo de la empresa, Sam Altman, tuvo un éxito rotundo y acumuló meses de crecimiento exponencial del tráfico en su sitio web y de visitantes únicos, hasta mediados de este año cuando experimentó su primera caída.
El estudioso de la tecnología y del comportamiento de la información humana y profesor asistente de Ciencias de la Información por la Universidad de Drexel (EE.UU.), Tim Gorichanaz, comentó en The Conversation que la influencia de ChatGPT en la sociedad depende tanto de cómo la gente lo perciba y emplee como de la tecnología misma.
El éxito de la mano de una buena interfaz
El profesor puntualiza que la buena interfaz basada en un chat fue determinante para el éxito de esta plataforma y el ascenso de la IA. Explica que el diseño de ChatGPT ha marcado la diferencia y ha logrado superar a otros productos tecnológicos cotidianos que, desde hace una década, ya empleaban algoritmos de IA. Puntualizó que la interfaz de usuario basada en conversaciones hace que las personas perciban a estos sistemas como «inteligentes», pues los seres humanos están dotados de lenguaje y la conversación es una forma clave con la que las personas deducen las capacidades intelectuales de su interlocutor.
Una herramienta omnipresente que genera preocupaciones sociales
Los sistemas de IA como ChatGPT se están volviendo omnipresentes en la vida cotidiana y su empleo se extiende desde la interacción en el hogar hasta el uso de esta interfaz por empleados de todos los niveles, en los ámbitos académicos, tecnológicos, empresariales y otros. «La razón para desarrollar IA es en términos de impacto en nuestras vidas y mejora de nuestras vidas, y al alza, esta será la tecnología más grande que la humanidad haya desarrollado hasta ahora», aseguró Altman.
ChatGPT ha generado numerosas preocupaciones sociales relacionadas con la desinformación, la propiedad intelectual y el fraude. Este mes se conoció que la actriz, guionista y directora española Berta Prieto usó ChatGPT para componer una propuesta de proyecto con la que ganó una beca de más de 6.300 dólares; premio al que está considerando renunciar.
Del mismo modo, hace poco se supo que un juez federal adscrito a las cortes del estado brasileño de Acre deberá explicar ante el Consejo Nacional de Justicia la publicación de una decisión en la que fueron detectados múltiples errores y que aparentemente habría sido elaborada con el apoyo de la herramienta de inteligencia artificial ChatGPT.
Como otro de los inconvenientes, el propio Altman reconoció que ChatGPT puede dar lugar a respuestas extrañas o inventadas. «Lo que más trato de advertir a la gente es lo que llamamos el ‘problema de las alucinaciones'», sostuvo, ya que «el modelo afirmará confiadamente cosas como si fueran realidades completamente inventadas».
Además, se ha constatado que existe un riesgo de generar diálogos racistas y dañinos dependiendo de las diferentes personalidades que asuma el modelo. En abril, expertos en IA del Instituto Allen (EE.UU.) asignaron diferentes personalidades a ChatGPT para comprobar el cambio de sus respuestas. Al pedirle al modelo que respondiera a las preguntas como si fuera una buena o mala persona, un hombre o una mujer, o como individuos de diferentes orígenes raciales o étnicos, la toxicidad de las respuestas podía «aumentar hasta 6 veces, con comentarios que involucran estereotipos incorrectos, diálogos dañinos y opiniones hirientes».
Igualmente, vienen cambios trascendentales en el mercado laboral. Investigadores del banco de inversión Goldman Sachs estiman que alrededor de dos tercios de las más de 900 ocupaciones que existen en el mercado laboral estadounidense estarán expuestos a algún grado de automatización a medida que avance la tecnología.
Se trataría de una «perturbación significativa» para el mercado laboral, que expondría a la automatización y despidos a un equivalente de 300 millones de trabajadores a tiempo completo en las grandes economías, según los autores. La tendencia afectaría sobre todo a las profesiones administrativas y legales, mientras que en los oficios con trabajos físicos intensos se prevé una exposición mucho más baja. Otros estudios señalan a los empleos de televentas y a los de profesores de literatura, historia, derecho y lenguas como los más amenazados por la expansión de los chatbots.
La pérdida de empleos figura entre los peligros más graves que prevé el historiador israelí y autor del ‘bestseller’ internacional ‘Sapiens: De animales a dioses’, Yuval Noah Harari, quien compartió una visión sombría del futuro para la humanidad. «Podemos llegar a un punto en que el sistema económico considere a millones de personas como completamente inútiles», algo que tendría, en su opinión, «consecuencias psicológicas y políticas horribles».
Con respecto a la preocupación acerca de los cambios en el mercado laboral, el presidente de Microsoft, Brad Smith, señaló que la IA debería complementar los esfuerzos humanos y no robarles a los empleados sus puestos de trabajo.
Fundamentos para regular la IA
Gorichanaz expone a ChatGPT como un caso ‘sui generis’ en el ámbito publicitario, pues a la par de que se ha vendido como «la próxima gran novedad», simultáneamente se promociona como un riesgo existencial para la humanidad, lo que en su opinión constituyen dos «exageraciones» con interés en explotar las esperanzas y los miedos de las personas. Más allá de eso, precisa que el potencial de la tecnología para impulsar comportamientos criminales es uno de los fundamentos clave para regular la IA.
En septiembre pasado, los líderes de la industria tecnológica de EE.UU. se reunieron con más de 60 senadores del país en una sesión a puerta cerrada para abordar la IA en medio de los debates sobre el papel del Estado para regular este sector. Por su parte, la Administración del Ciberespacio de China recientemente estableció normas para la regulación de los servicios de inteligencia artificial generativa. Smith también especificó, el pasado agosto, que es sumamente importante que la IA siga estando sujeta al control humano para evitar que se convierta en un arma.
¿Qué esperar en su segundo año?
Gorichanaz considera que el próximo año puede traer una desaceleración en el sector de la IA generativa debido a las prohibiciones impuestas por la regulación; las restricciones técnicas y las limitaciones de infraestructura para expandir la velocidad de procesamiento y almacenamiento de información. También llamó la atención sobre el peligro de que el contenido falso o engañoso generado por IA pueda ser utilizado para influir en la opinión pública y avivar la división social en medio de elecciones importantes a nivel mundial.
Recientemente, Altman confirmó que su compañía está trabajando en el desarrollo de ChatGPT-5. Su última versión se enfocará en la generación de un diálogo conversacional similar al humano. Aunque no presentó un cronograma para el lanzamiento de su producto, sí explicó que para el entrenamiento de su modelo de lenguaje de próxima generación se necesitará un conjunto de información, proveniente de bases de datos públicas y privadas.