Mientras la atención mediática en Estados Unidos se centra en temas como el escándalo de Jeffrey Epstein y los aranceles de Trump, un plan gubernamental de gran relevancia está pasando desapercibido. En su más reciente análisis, el periodista Andrés Oppenheimer advierte sobre el peligroso plan del presidente Trump para desregular la Inteligencia Artificial (IA). Según Oppenheimer, esta iniciativa podría inundar internet con noticias falsas y sembrar confusión, debilitando la democracia.
El “Plan de Acción de IA”, presentado por la Casa Blanca el 23 de julio, solicita eliminar las “barreras regulatorias innecesarias que obstaculizan al sector privado”. Durante el evento, Trump firmó tres órdenes ejecutivas, argumentando que era crucial reducir las “regulaciones horribles y tontas” para incentivar la innovación y asegurar el liderazgo de Estados Unidos. Este plan surge, en parte, como respuesta a la Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea, que busca combatir la desinformación en redes sociales y otras plataformas digitales.
Oppenheimer destaca tres grandes problemas con el plan de Trump:
- Cheque en blanco para las tecnológicas: El plan podría permitir que las grandes empresas tecnológicas prioricen sus ganancias sobre su responsabilidad social. Esto podría llevar a la proliferación de noticias falsas que, aunque controvertidas, generan más clics e ingresos. Oppenheimer cita como ejemplo las respuestas antisemitas generadas por el chatbot Grok de Elon Musk, y se pregunta qué incentivo tendrán las empresas para controlar su contenido sin una regulación obligatoria. Al respecto, Jeffrey Sonnenfeld, profesor de la Universidad de Yale, advirtió: “Una mentira viaja alrededor del mundo antes de que la verdad pueda atarse los zapatos”.
- El “complejo tecno-industrial”: El autor sugiere que al desregular la industria tecnológica, Trump podría fortalecer una alianza con los CEOs más influyentes, lo que podría garantizar su apoyo en las próximas elecciones. Oppenheimer plantea la posibilidad de que estos líderes tecnológicos manipulen sus algoritmos para favorecer a Trump a cambio de beneficios regulatorios.
- Hipocresía en la libertad de expresión: El análisis de Oppenheimer señala una contradicción, ya que Trump aboga por una mayor libertad para las empresas tecnológicas, mientras exige que se alineen con sus ideas. Una de las órdenes ejecutivas firmadas prohíbe al gobierno usar chatbots con respuestas que consideren “woke” o “progresistas”, argumentando que “el pueblo estadounidense no quiere la locura marxista woke en los modelos de IA”.