Vinculan a violador y asesino del Zulia con crimen de maestra de Guasipati

El apodo monstruo de Santa Rosa no es nuevo para los organismos de seguridad y mucho menos para algunos venezolanos, que aún recuerdan el crimen que cometió el año pasado y que lo hizo ser apodado de esa forma, publica Correo del Caroní.

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Fue la madrugada del 7 de septiembre del 2015 cuando Manuel Alejandro Espinoza Ros sostuvo una discusión con su esposa, Greilys Ortega, de 25 años, conocida como la Greña.

El sospechoso está siendo buscado desde el año pasado por matar a su mujer y tres de sus hijastros
El sospechoso está siendo buscado desde el año pasado por matar a su mujer y tres de sus hijastros

 

Según fuentes policiales, en medio de la disputa puso todo el volumen al equipo de sonido y cometió el crimen. Abusó sexualmente de su pareja y sus tres hijastros: Miguel Efraín, de 9; Yusbelys Margarita, de 7; y Manuel José de 6 años. Luego los mató.

No fue hasta las 11:00 de la mañana de ese día que los vecinos de la mujer, en el callejón Ayacucho, del sector Santa Rosa de Agua, en el estado Zulia, localizaron los cuatro cuerpos semidesnudos al lado de la hija menor de la mujer -de 8 meses-, y única sobreviviente del ataque.

Un año y un mes después, su nombre vuelve a ser noticia. Esta vez no en el estado Zulia, tampoco en Falcón, Mérida, Lara y Trujillo, donde organismos de seguridad creían que podría estar: fue en el estado Bolívar, durante este fin de semana.

Un nuevo crimen

El viernes, en Guasipati, la hija de Crisálida Josefa Contreras Espejo contactó a la Policía del estado Bolívar (PEB) porque tenía todo el día llamando a su mamá, de 82 años, por teléfono y no contestaba.

La encontraron muerta en la casa, ubicada en la calle Bolívar, sector La Plaza. Le habían causado varias heridas con un arma blanca. El crimen inmediatamente se supo en la población y la consternación no se hizo esperar.

La víctima era una docente jubilada, conocida y querida en Guasipati. Inmediatamente los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (Cicpc) iniciaron con las investigaciones para dar con la identidad del sospechoso.

Pero la pesquisa tomó por sorpresa a los funcionarios y aún más a los familiares de la anciana. Tras entrevistar a los vecinos de la fallecida, describieron a un individuo que era familiar para los parientes.
Se trataba de un hombre que tenía un tiempo trabajando en la finca del yerno de Crisálida. Había salido de la casa de la docente jubilada la mañana del homicidio.

Presuntamente laboraba en la hacienda bajo otro nombre, no como Manuel Alejandro Espinoza Ros.
¿Cómo llegó a parar en el estado Bolívar? ¿Cuánto tiempo tenía aquí? ¿Cómo fue que nadie lo identificó? ¿Cómo cometió nuevamente otro crimen y huyó sin dejar rastros? Son algunas de las preguntas que se mantienen sin respuestas.

El monstruo de Santa Rosa está solicitado desde el 9 de septiembre de 2015 por el Juzgado Tercero de Control del estado Zulia, por los delitos de femicidio, abuso sexual y homicidio calificado.

En 2010 fue apresado por primera vez, por haber hurtado junto a otro malhechor una discoteca ubicada en el Parque La Marina, en la ciudad de Maracaibo. Tras volver a la libertad se convirtió en un azote de barrio en el sector 18 de Octubre, en el estado Zulia.

Durante ese tiempo sostuvo una relación con Soraima Calles, con quien tuvo dos hijos. Tras separarse de ella, la siguió acosando, por lo que en el 2012 fue arrestado por el delito de acoso.
En 2014 fue nuevamente apresado en el barrio 18 de Octubre, por otro delito.