Vecinos de los edificios ubicados a lo largo de la avenida Páez, en El Paraíso, relataron que en al menos tres edificios entraron balas perdidas. Así ocurrió en residencias Panorama donde una bala llegó a la sala de un apartamento. Cuatro funcionarios del Cicpc resultaron heridos luego de un enfrentamiento, con explosión de granadas, que sostuvieron con las bandas de la zona, la mañana de este viernes.
Eran las 9:45 a. m. cuando escucharon un golpe en la sala, mientras se comían una arepa. Una bala había pegado en la pared de un apartamento, casi cinco minutos después de que por ese mismo lugar pasara un niño de 10 años.
Apenas Ernesto —nombre ficticio por medidas de seguridad— observó la bala resguardó a su hijo en el cuarto, sitio que consideró como el más seguro de la casa. Ya iban 15 minutos de enfrentamiento entre bandas de la Cota 905 y funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
Por más de dos horas Ernesto y su hijo escucharon ráfagas de tiros y hasta explosiones, que presumen eran granadas. El edificio Panorama está ubicado en plena avenida Páez, de El Paraíso, frente al barrio.
“Fue una pesadilla lo que vivimos. Mi hijo se puso la mano en la cabeza cuando vimos la bala y el hueco que quedó en la pared. Fueron más de dos horas de tiroteo, me sentí como si viviera en el Medio Oriente, en guerra”, contó.
La mañana de este 26 de julio los accesos a la Cota 905 fueron cerrados durante la balacera, a la altura de Los Laureles y el peaje en Roca Tarpeya. El operativo inició alrededor de las 9:30 a. m. y se prolongó hasta el mediodía, cuando por órdenes de sus superiores tuvieron que retirarse. Incluso después de las 12:30 p. m. vecinos de la parte alta de El Cementerio contaron a Crónica.Uno que escucharon detonaciones, esta vez por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
Con apoyo de la Brigada de Acciones Especiales (BAE), y una tanqueta, el Cicpc buscaba a miembros de la banda que asesinaron al comisionado de la PNB, Carlos Valverde, el miércoles 24 de julio, en El Valle. Cuatro funcionarios del Cicpc resultaron heridos, de acuerdo con fuentes policiales.
“Aquí en El Paraíso hemos vivido cosas feas como los sucesos de La Planta y la OLP, pero esto ha sido lo peor. Las detonaciones eran bárbaras y fue demasiado largo. Hemos escuchado tiroteos que como máximo duran una hora, pero esto fue terrorífico”, detalló una vecina de uno de los edificios de la avenida Páez que colinda con la Cota.
En el edificio Las Islas de El Paraíso también cayó una bala pérdida. El vidrio de la ventana del piso 9 se rompió al entrar la bala, esto alertó a los vecinos.
“Yo provechaba que había llegado el agua para lavar y sentí que algo pegó de mi casa. Una bala entró al piso 9, partió el vidrio. Tengo una hija de nueve años, tuve que explicarle un poco y distraerla para que no le prestara atención a los tiros”, comentó una vecina, a quien se le resguardó el nombre por seguridad.
En residencias Villa Lorena los habitantes denunciaron que, presuntamente, unos funcionarios causaron destrozos a dos puertas y violentaron un candado. “Recogieron varias balas en la entrada del edificio y a una vecina le entró una bala a su cuarto”, relataron.
Otros edificios afectados fueron Villa Páez y Victoria. Testigos comentaron que en Capuchinos y Quinta Crespo oyeron las detonaciones.
Colegio Teresiano fue desalojado
Este viernes los alumnos de quinto año de bachillerato del Colegio Teresiano, en El Paraíso, tenían programado el ensayo de la graduación, sin embargo fueron desalojados junto con sus padres.
Una representante explicó a Crónica.Uno que en el plantel también había una charla para nuevos ingresos y el personal administrativo se encontraba en labores. No había niños vista de que las clases culminaron el 16 de julio.
“Fueron momentos muy duros. Las detonaciones, incluso las explosiones, las escuchábamos muy cerca. Los funcionarios ingresaron al colegio porque pensaron que en la parte del estacionamiento se habían metido algunos delincuentes, pero una vez constataron que no se retiraron y nos pidieron que nos resguardáramos”.
El plantel, ubicado en la calle Biblioteca, fue desalojado por medidas de seguridad. Mientras, se resguardaron en zonas que ya tienen previstas como parte de un protocolo ante casos de balaceras, pues tienen la Cota 905 muy cerca y ha ocurrido en otras oportunidades.
“Así como los entrenan para saber cómo actuar durante un terremoto o un incendio también ocurre con los enfrentamientos. Conocen la zonas seguras del colegio si están en la cancha o en los salones”.
En El Cementerio niños fueron resguardados durante el tiroteo
Un grupo de 62 niños acudió a una actividad de entrega de peluches en el sector El León, en la parte alta de El Cementerio, pero casi es interrumpida por el enfrentamiento del lado de la Cota.
Una testigo comentó que los metieron a una casa, bien resguardados, y ahí llevaron a cabo parte de la planificación. Durante las dos horas que sonaron las detonaciones y explosiones a los pequeños los distrajeron payasos.
“Los más grandes entendían y decían ‘se están metiendo los tipos’ (así denominaron a los policías), pero hubo como seis niños que tuvieron mucho miedo y se metieron debajo de una mesa temblando por el tiroteo”.
Algunos padres se llevaron a sus hijos al bulevar de El Cementerio a esperar que cesaran los tiros y poder subir al barrio, pues viven en zonas de alto riesgo. La graduación en el colegio Manuel Díaz Rodríguez tuvo que culminar rápido, por el enfrentamiento.
“Es muy difícil explicarle a los niños qué pasa en la Cota y El Cementerio. Mi nieta de cinco años se asusta mucho cada vez que oyen un tiroteo, ella no pudo acudir a la actividad de la entrega de peluches, al igual que otros niños, por el tiroteo”, dijo.
Alegó que los habitantes de esos sectores le temen más a los policías, porque cuando ingresan al barrio escuchan tiros. “Los delincuentes saben cuando se van a meter y se van del barrio, por eso la gente se asusta cuando ven a los policías, porque saben que ellos van a disparar”.
Desde el homicidio del comisionado Valverde los vecinos de El Cementerio han estado en zozobra por presencia de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES). “Se meten por el camposanto y suben por todo eso, buscando a quienes mataron al policía”.
Zona de paz que nació en el chavismo
Las zonas de paz se proclamaron sin decreto oficial. Desde septiembre de 2013 el viceministro de Seguridad Ciudadana para el momento, José Vicente Rangel Ávalos, dirigió su creación con el Movimiento por la Paz y la Vida, que inició en algunas zonas de Barlovento, Valles del Tuy y Maracay. Posteriormente las desconoció, pero el mal estaba hecho.
Se trató de pacificar a la comunidad con acuerdos de entrega de artículos de línea blanca o materiales para la construcción, a cambio de que entregaran las armas y se logró lo contrario, ya que las bandas se armaron más y mejor, de acuerdo con el planteamiento de testigos.
A la Cota 905 llegó esta “ley”. Según los vecinos no pueden entrar los policías, presuntamente, a cambio de que no metan carros robados a esa zona o a víctimas de secuestro.
El 26 de agosto de 2017, dos años después de la Operación de Liberación del Pueblo (OLP) que se ejecutó en la Cota 905 el 13 de julio de 2015 y dejó 14 muertos, hubo otra reunión en la cota a favor de la paz y se finiquitó que no subirían policías.
Extraoficialmente funcionarios aseguraron que aunque no era un decreto oficial debían evitar subir a la zona, por el supuesto respaldo del gobierno a los delincuentes.
Habitantes aseguran que la Cota 905 ha sido nido de venta de drogas, sitio de reclusión de personas secuestradas o depósito de carros robados, además de asesinatos, reseña Crónica Uno