Andrés Lópes Martins, de 37 años, asesinó a su madre en 2006 y a su novia en 2011. Abogados que lo defendieron alegaron que sufría esquizofrenia, pero no fue recluido en ningún centro psiquiátrico. Estuvo bajo la protección de su papá hasta el 24 de agosto cuando lo mató y simuló que se fue de viaje.
Andrés Lópes Martins, de 37 años, pretendía llevar una vida normal luego de asesinar a su padre y sepultarlo en la carretera Petare-Santa Lucía, el pasado 24 de agosto. Estaba confiado en que no iba a ser detectado, ya que en 2006 mató a su madre y años después a su novia, y no fue castigado por estos crímenes.
Fue su propio progenitor, Armindo Lópes Da Conceicao, de 77 años, comerciante lusitano residenciado hace décadas en Venezuela, quien lo zafó dos veces de la cárcel, según indicó una fuente del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).
En 2006 asesinó a su progenitora tras golpearla con un objeto contundente. Enseguida su padre contrató a un grupo de abogados que demostró que el entonces joven de 22 años padecía de esquizofrenia. Volvió a su casa.
Durante la investigación que emprendió recientemente el Cicpc, fueron interrogados varios vecinos de su actual residencia, quienes alegaron que su comportamiento era común, dijeron que nunca vieron nada fuera de lo normal.