Mientras familiares siguen buscando respuestas, las autoridades colombianas aún no tienen rastro del paradero de los 35 migrantes venezolanos, entre ellos 17 niños y dos mujeres embarazadas, que desaparecieron el pasado 21 de octubre cuando abordaron una lancha ilegal en San Andrés (Colombia) que los llevaría a costas nicaragüenses, en su intento por llegar a Estados Unidos.
Las familias de los 35 afectados se reunieron recientemente con la procuradora colombiana, Margarita Cabello, quien designó una comisión especial para supervisar las investigaciones.
La comisión estará encabezada por el procurador delegado para los derechos humanos, Javier Sarmiento, quien viajará a San Andrés en los próximos días para verificar el estado de las investigaciones por este y otros cuatro naufragios ocurridos entre 2022 y 2023, que dejaron un saldo de cerca de 100 migrantes de diferentes nacionalidades desaparecidos.
“Citar a todas las autoridades y requerirlas sobre cómo van las investigaciones correspondientes por este caso. Requerir a Cancillería. Migración tiene que estar respondiéndonos”, aseguró Cabello en declaraciones a RCN.
Algunos de los familiares señalan que la última vez que hablaron con los desaparecidos presintieron que algo no estaba bien.
“La última llamada que recibí de ella fue el día 21. El que se comunicaba conmigo era mi yerno y yo le decía qué pasa con mi hija, por qué no me habla y me decía: porque está un poquito asustada, está como traumada. Ella no andaba bien”, relató Libia Pierusini, familiar de migrantes desaparecidos.
Por otro lado, Yomeldi Gómez también contó cómo fue su última comunicación con sus seres queridos: “Se comunicó conmigo en la mañana, incluso ella me mandó el número de teléfono de El Capi, entonces yo empecé en la mañana a llamarlos, pero él nunca nos dio nombres, solo El Capi».
«El niño de 13 años le escribió a mi hermano y le dijo que ella había apagado el teléfono porque a ella la estaban amenazando», agregó.
La migración ilegal por la ruta de San Andrés se ha convertido en una crisis humanitaria sin precedentes en esta parte de Colombia. De acuerdo con los testimonios, muchas veces los coyotes los estafan y los dejan a la deriva en altamar.