“Yo soñé que mi papá me hablaba. Lo vi en un sueño, él iba caminando con dos sacos , tenía tierra mucha encima, yo le decía que fuera a la casa a bañarse, y el me respondía que no podía bañarse porque era un espíritu…
Luego le pregunté qué llevaba en los sacos y me respondía que cargaba sus huesos “. El cadáver de Fabio Acevedo Luna, de 56 años, fue localizado, desmembrado y enterrado, en un terreno cercano a su rancho ubicado en la parte alta de la UD 1 de Caricuao.
El hallazgo se hizo luego de casi ocho meses de su desaparición: habían dicho que se había ido a Colombia y aunque la historia sonaba extraña, muchos la creyeron. A su supuesto viaje a Colombia se le unió el de su esposa, quien a los pocos meses también emigró junto al resto de sus hijos. En Caracas sólo quedó su hija de 14 años junto a su pareja.
La desaparición se había mantenido sin levantar sospechas hasta los sueños de la adolescente, quien tras el sueño comenzó a “escarbar por los alrededores” y denunció ante el Cicpc la desaparición.
Los funcionarios la apoyaron con la búsqueda, aunque fue infructuosa, ya que estaban buscando en el lugar equivocado.
El cadáver fue localizado por vecinos el pasado lunes, estaba enterrado en las inmediaciones del rancho en una canal improvisada, estaba en dos sacos, uno casi en la superficie y el otro bajo cemento. Había sido desmembrado: la cabeza, piernas y brazos se encontraban en una bolsa, en la otra que estaba bajo cemento, se encontraban en torso, billetera y celulares.
Los restos fueron identificados por la hija de Acevedo, quien reconoció un dedo pulgar que había sido operado.
Vecinos cuentan que los hechos que culminaron con la muerte del hombre ocurrieron entre el 27 y el 28 de mayo del año pasado, ese día una vecina escuchó un disparo, al no escuchar más nada pensó que había sido un problema en los edificios cercanos.
Luego, al día siguiente, cuenta que escuchó el sonido de una sierra eléctrica, y salió a ver que pasaba, ya que en la zona estaba prohibido talar árboles, al no ver nada tampoco le prestó mayor atención, el sonido provenía del interior de la casa de Acevedo.
Las sospechas se dispararon cuando llegaron las bolsas del CLAP a la zona y Fabio no fue a ayudar, ya que como fundador de la comunidad era uno de los colaboradores en esas labores, sin embargo ante su ausencia su esposa dijo que se había ido a Colombia.
Por el caso son investigadas las personas que adquirieron el rancho, así como la pareja del occiso, quien se encuentra en el vecino país, con información de Noticiero Digital