Talento, belleza y humildad son sólo algunos de los atributos que llevaron al éxito a una joven venezolana, cuyo trabajo trascendió las fronteras de nuestro país. Sus sueños fueron apagados por las balas de una banda criminal.
Mónica Spear, nació en Maracaibo el 1 de octubre de 1984, siendo hija de Rafael Spear Tudares y Enna Mootz Gotera, fue una joven dotada de una inimaginable belleza.
Estudió arte dramático en la Universidad de Florida Central, en la ciudad de Orlando, Estados Unidos. Hablaba español, inglés y francés con fluidez.
Su nombre comenzó a cobrar fuerza en el año 2004 cuando deslumbró a todos los venezolanos durante su participación en el Miss Venezuela, donde además se coronó como la reina de belleza nacional. El año siguiente representó a nuestro país en el certamen Miss Universo que se realizó en Bangkok, Tailandia, en el que se posicionó como cuarta finalista.
El mundo de la belleza le abrió paso en la televisión. En el año 2006 debutó como actriz en la telenovela El Desprecio, de Rctv. Ya el año siguiente alcanzó el máximo nivel al protagonizar la telenovela Mi Prima Ciela.
Tras ese éxito, Mónica, se retiró por un año de la televisión. Durante ese tiempo se dedicó a su matrimonio con el empresario irlandés Thomas Henry Berry, con quien en 2008 tuvo a su hija Maya Berry Spear. Su regreso fue triunfal, vuelve a protagonizar esta vez la telenovela Calle Luna, Calle Sol. En La Mujer Perfecta, interpretó uno de sus papeles estelares Micaela Gómez, una mujer con Asperger. Esto la llevó a formar parte de Asodeco y la Fundación Asperger Venezuela.
En 2011 firmó un contrato de exclusividad con la cadena Telemundo, debía realizar cuatro telenovelas, pero sólo alcanzó a grabar dos: Flor Salvaje y Pasión Prohibida.
En 2012 se divorció de su esposo, pero entre ellos se mantuvo una buena relación de amistad. Al siguiente año decidieron tomarse unas vacaciones junto a la hija de ambos, el destino: Venezuela.
El viaje inició en diciembre, estuvieron en Mérida y Los Llanos venezolanos durante unas vacaciones que parecían inolvidables para la familia. Pero, el 6 de enero de 2014, transitaban por la autopista Valencia-Puerto Cabello y su carro se accidentó a la altura del sector El Cambur, en el estado Carabobo.
La familia contrató un servicio de auxilio vial, eran las 10:30 de la noche. Cuando se preparaban para ser remolcados por una grúa, varios delincuentes los interceptaron para robarles sus pertenencias.
Las detonaciones se escucharon en medio de la oscuridad y el silencio de la noche:Mónica, Thomas y la pequeña Maya intentaron resguardarse dentro del vehículo, pero las balas los alcanzaron; la artista y su esposo fallecieron en el lugar, mientras la hija de ambos resultó herida en la pierna y fue llevada a un hospital de Puerto Cabello.
La indignación se apoderó del país, los sueños y éxitos de la hermosa Mónica Spear habían sido arrebatados por la delincuencia que azota a Venezuela. La reina de belleza se contaba ahora entre la exorbitante cifra de muertes violentas que ocurren a diario en el país.
La farándula quedó de luto. Artistas de todo el país se concentraron el 8 de enero en la plaza Alfredo Sadel de Caracas para homenajear a la artista y repudiar el crimen. Mientras que el 11 de ese mismo mes, los venezolanos en Miami, Estados Unidos, hicieron lo propio en el teatro Trail.
El entierro de la pareja se llevó a cabo en el Cementerio del Este de Caracas. Sus cuerpos no pudieron ser sepultados fuera del país puesto que las leyes venezolanas ordenan que las personas muertas por asesinato deben ser enterradas en territorio nacional.
La pequeña Maya, se recuperó rápidamente de su herida. Su custodia quedó a cargo de sus abuelos y desde entonces vive con ellos en Orlando, Florida.
En este caso la justicia actuó rápidamente. Por la muerte de la pareja Berry-Spearfueron detenidos siete sujetos, a quienes se les incautaron algunos bienes de la pareja.
En marzo de ese mismo año cinco venezolanos, todos entre los 16 y 20 años, fueron detenidos en la provincia de Guayas, Ecuador, como lo informó en ese momento el ministro de Relaciones Interiores de ese país, José Serrano. Los jóvenes ingresaron a Ecuador vía terrestre de manera ilegal, eran los presuntos involucrados en la muerte de la pareja.
Las investigaciones siguieron en Venezuela, el 23 de septiembre de 2014, el juzgado de Puerto Cabello declaró culpables a Nelfren Jiménez, José Gregorio Ferreira y Jean Carlos Colina por los delitos de homicidio intencional calificado, homicidio intencional calificado en grado de frustración, obstaculización de la vía pública, asociación para delinquir y robo agravado.
Las condenas para Jiménez y Ferreira fueron de 24 años de prisión, mientras que Colina fue condenado a 26 años de cárcel tras incluírsele el delito de desvalijamiento de vehículo automotor.
El caso no quedó ahí, el 28 de enero de 2015, funcionarios de la Policía de Yaracuy detuvieron a Gerardo Contreras en San Felipe. Con esta captura se desarticuló la banda criminal que acabó con la vida de los Berry-Spear.
Uno de los jóvenes detenidos por este hecho, Adolfo Rico, alias “Mandolfo”, fue encontrado muerto a puñaladas dentro de su celda en el Centro Penitenciario El Rodeo II, en Guatire, estado Miranda. El Ministerio de Asuntos Penitenciarios atribuyó esta muerte a los compañeros de celda Nelfren Jiménez y José Gregorio Ferreira, dos de los únicos tres condenados por este crimen hasta esa fecha.
Un juzgado de menores de Valencia, estado Carabobo, declaró culpables a dos adolescentes de 15 y 17 años, el pasado 27 de abril de 2015. Ambos recibieron condena a 4 años de prisión y seis meses de regla conducta, uno de ellos por los delitos de homicidio calificado en la ejecución de robo agravado, homicidio calificado en la ejecución de un robo agravado en grado de frustración y en perjuicio de una niña de cinco años, mientras que su compinche fue sentenciado por resistencia a la autoridad, aprovechamiento de cosas provenientes del delito y asociación para delinquir. Esta decisión fue ampliamente repudiada por los venezolanos al considerar una sentencia muy corta para quienes cometieron el doble crimen. Sin embargo, en su condición de menores de edad las leyes vigentes son menos punitivas aun tratándose de un delito tan grave como el homicidio.
El 19 de mayo fue declarado culpable Gerardo Contreras, alias “El Gato”, por un juzgado de Puerto Cabello, en Carabobo. Recibió una sentencia de 25 años de prisión por los delitos de homicidio calificado con alevosía en la ejecución de un robo en grado de cooperador y similares cargos en grado de frustración en perjuicio de una niña de cinco años.
Los últimos en recibir condena fueron Alejandro Maldonado, Franklin Cordero y Leonar Marcano, quienes el 12 de febrero de 2016 fueron sentenciados a 30 años de reclusión en el Centro Penitenciario El Rodeo I, por homicidio intencional calificado en la ejecución de un robo, homicidio intencional calificado en la ejecución de un robo en grado de frustración en perjuicio de una niña de cinco años, obstrucción de la vía pública, robo agravado en perjuicio de dos personas que auxiliaban a la familia Berry-Spear y asociación para delinquir. Mientras que Eva Armas Mejías, la única mujer implicada en el crimen, fue condenada a 10 años cárcel en el anexo femenino del Internado Judicial de Carabobo, en Tocuyito.
Con las sentencias declaradas se cerró el caso sobre la muerte de la actriz Mónica Spear y su ex esposo Thomas Berry.
por La Caraota Digital en noticiasaldiayalahora.co