Marino Alvarado, abogado y coordinador de exigibilidad de Provea, expresó que en varios casos de desapariciones están, presuntamente, involucrados grupos irregulares, la guerrilla o grupos paramilitares colombianos que operan en territorio venezolano desde hace más de 50 años.
por Crónica.Uno
En julio de 2019, Enisael Job Conteras Zurita, le expresó a su madre, Lisbeth Zurita, su deseo de regresar a Venezuela. Había ido a trabajar a las minas de Inírida, municipio de Colombia y capital del departamento del Guainía, pero no le fue como esperaba.
Enisael, que para ese momento tenía 25 años de edad, llegó a Cúcuta para atravesar el Puente Internacional Francisco de Paula Santander, ubicado sobre el río Táchira, de ese estado. Desde ese momento, su madre no supo más de él. “Es como que la tierra de Cúcuta se abrió en dos y se tragó a mi muchacho”, dijo.
Tras no tener noticias de su hijo, Lisbeth denunció la desaparición ante las entidades policiales en el país, el Ministerio Público, la Cruz Roja Internacional e incluso viajó hasta Colombia para buscar a Enisael y notificar a las autoridades colombianas. No obstante, luego de cuatro años siguen sin respuestas.
Este miércoles, 30 de agosto, madres miembros de Esperanza de Madre, un grupo de 40 mamás que están buscando a sus hijos desaparecidos en la frontera colombo-venezolana, y el territorio venezolano, pidieron ayuda a las autoridades desde el bulevar de El Panteón Nacional, en Caracas, en el marco del día internacional de las víctimas de desaparición forzada.
Lisbeth precisó que llevan un registro de 28 personas que han desaparecido en zonas de la frontera colombo-venezolana.
Guerrilla y grupos paramilitares
Marino Alvarado, abogado y coordinador de exigibilidad de Provea, expresó que en varios de esos casos están presuntamente involucrados grupos irregulares, la guerrilla o grupos paramilitares colombianos que operan en territorio venezolano desde hace más de 50 años.
Recordó que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) operan en zonas como Apure, Táchira y Amazonas. Y que por muchos años, grupos paramilitares han actuado en Zulia y parte del Táchira.
De acuerdo con Insight Crime, el ELN –guerrilla colombiana de extrema izquierda fundada en 1964–, es el grupo armado no estatal más poderoso en Venezuela.
Alvarado resaltó que algunos de los casos de los desaparecidos se tratan de migrantes, quienes suelen ser más vulnerables por su condición económica, y que pueden ser reclutados por organizaciones criminales de distinta naturaleza.
El Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) documentó que para el año 2022 se registraron 1.370 casos de denuncias por desapariciones en el país.
Terminal de San Cristóbal
El 17 de julio de 2019 fue la primera vez que Anthony Gabriel Colmenares Bastos, de 24 años, usó el carro de su mamá para hacer una carrera. Se fue al terminal de San Cristóbal, del estado Táchira. En aquel entonces tenía 21 años, y necesitaba comprar unos pañales para su hijo.
Las averiguaciones del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), a través de un rastreo por GPS, indicaron que Anthony salió del terminal y se dirigió al barrio Las Flores y luego terminó en Guasdualito, punto fronterizo entre el estado Apure y Colombia.
“Yo tengo mucha fe en Dios de que él está vivo. Yo he soñado mucho con él y que llega a la casa”, dijo Rómulo Colmenares, padre del desaparecido.
Peluquera y chófer desaparecidos
Yeliani Puentes, madre y peluquera de 30 años de edad que estaba residenciada en el municipio Usme en Bogotá, Colombia, está desaparecida desde el 16 de octubre de 2021. En se país se quedaba con una amiga y ya tenía un año fuera de Venezuela.
Su madre viajó hasta el país vecino y realizó la denuncia ante La Cruz Roja y el Ministerio Público, además le hicieron una prueba de ADN.
Por otro lado, Carmen Sánchez, madre de Sergio Luis Pereda Sánchez, de 34 años, no sabe nada de su hijo desde el 10 de diciembre de 2019. Vivía en el municipio Independencia estado Miranda, sector Bella Vista en Santa Teresa del Tuy y trabajaba como chófer.
En horas sin saber de él, su madre lo llamó a su celular y respondió pero percibió que hablaba de forma extraña y le decía “yo no te conozco”, y escuchó cuando le quitaron el teléfono.
Un día antes de su desaparición, Sergio recibió amenazas de unos supuestos amigos que trabajaban con él por el extravío de unos audífonos costosos. Estas personas aseguraban que Sergio los tenía, pero él lo negó.
Trascendió que su madre denunció a esas personas ante el Cicpc de Santa Teresa del Tuy por la desaparición de su hijo. No obstante, siguen en libertad y Carmen presume que están fuera del país.