Los compañeros de Ana Sofía denunciaron que nunca tomaron medidas de prevención. La familia juró que intentará cerrar el plantel. En un homenaje privado despidieron ayer en la tarde a la liceísta. Lamentaron que no pudiera cumplir sus sueños de estudiar Psicología
Los familiares y amigos se preparaban para llevar a Ana Sofía Rincón Boscán (16), a quien un compañero de clases mató de un tiro en el pecho en el salón, a su última morada, cuando una de sus compañeras denunció que «el profesor de Educación Física sabía que el muchacho iba con el revólver al liceo. Le dijo amigablemente que no lo llevara, pero nunca lo acusó con sus padres ni con la directora».
El padre de la víctima recordó que la institución la conocían como estricta, por eso su hija estudiaba ahí. Se quejó que los maestros «notaron que su niña fue en una oportunidad con una medalla de la virgen y se la quitaron, pero no vieron que el muchacho tenía un arma». Juró frente al féretro, que hará todo lo posible para que cierren la institución.
Juliet Boscán, tía de la occisa, declaró que la directiva del plantel aún no se pronuncia sobre el asesinato de su sobrina. Se limitaron a llevar a Ana Sofía al Seguro Social de Sabaneta y la dejaron «botada con el vigilante, nadie del colegio nos llamó».
Despedida
En la capilla velatoria todos los asistentes conocían los sueños de la liceísta, estudiar Psicología y luego irse del país. David Villasmil, su novio, la describió como una chica hermosa, pero muy tímida, no se metía con nadie. Relató que él llegó a conocer al muchacho que disparó.
«Cuando la acompañaba a la fiesta de sus amigos, él estaba. Se veía como un muchacho normal y el trato entre ellos era poco, no tenían una amistad».
Durante la misa sus hermanas no se apartaron del féretro, estaban afligidas, no salían del shock por la pérdida de la «niña» de la casa. Las amigas sostenían rosas blancas fuera de la sala y entre ellas se abrazaban para consolarse.
Al finalizar la misa se prepararon para sacarla, con ello llegó el llanto al Salón de Cristo, donde estaba la urna rodeada con coronas de flores. Unas mujeres de la familia hasta se desmayaron y otras impedían el cierre del ataúd.
A las 2.15 de la tarde se observó un desfile de arreglos florales, los acomodaron en el techo del carro fúnebre y partieron al Cementerio Corazón de Jesús, allí en una despedida íntima le dijeron adiós.
Andrea Querales/La Verdad