El cadáver ingresó a ayer a la morgue forense. La víctima contó cómo lo atacaron antes de caer en coma. Tres desconocidos sometieron al jurista Héctor Medina Sánchez (53) y lo obligaron a conducir de Maracaibo hacia Mara. En el trayecto chocó y murió en el Coromoto
Andrea Querales/La Verdad
Los detalles no están claro. Pero toda la familia de Héctor Medina Sánchez, de 53 años, maneja la misma historia. Al juez penal jubilado lo sometieron tres ladrones, uno de ellos pertenece a un cuerpo de seguridad. Se montaron en el Chevrolet Épica, negro, y uno de ellos manejó desde Maracaibo hasta el sector Nueva Lucha del municipio Mara.
En el viaje, el delincuente que iba al volante, perdió el control del vehículo y chocó el carro contra un camión. Tras el impacto, el trio de hampones se bajó y huyó, mientras Medina agonizaba en el interior del vehículo.
Un informante, quien prefirió no identificarse, reveló que al poco tiempo llegó una comisión y auxilió al juez. Lo internaron, el 1 de mayo, en la Unidad de Cuidados Intensivos de una clínica, en el corredor vial Amparo. La víctima se recuperó y contó a un doctor lo que le había pasado, luego cayó en coma. Desde ese momento no lograron hablar nuevamente con él. La familia decidió cambiarlo de centro de salud y lo trasladaron al Hospital Coromoto.
Tras un mes y ocho días de hospitalización, los doctores notificaron ayer en la madrugada a los allegados sobre el deceso de Héctor Medina. Los galenos indicaron que en el accidente la víctima recibió un golpe fuerte en el abdomen y la cabeza. Ambas lesiones serían las causantes de su delicado estado.
Investigan
Se asignó a un grupo de funcionarios de la Policía científica para investigar el breve rapto. En las primeras pesquisas encontraron que uno de los que sometió al juez pertenece a la filas de un cuerpo policial.
Mantienen las labores de campo y experticias para lograr la plena identificación de los involucrados. También investigan para determinar cuál era el objetivo de los malhechores, no están claros si se trataba de un robo o de un secuestro. Se conoció que el auto permanece en el estacionamiento judicial Santa Lucía.