Los vecinos denunciaron ayer, a las 2.00 de la tarde, el caso a los efectivos de Polibarat, adscritos al cuadrante 2. En la calle Corea del sector Pueblo Nuevo, municipio Baralt, se alarmaron. Creían por el estruendo de la detonación, que se trataba de un robo o asesinato en la zona
María carlota Marval/La Verdad
La curiosidad de dos primitos enlutó a una humilde familia en la zona sur de la Costa Oriental del Lago. Esteven Eduardo Montilla Pirela, de siete años, recibió un disparo en la cara cuando su primo, de 10 años, manipulaba el revólver de su abuela.
Los vecinos denunciaron ayer, a las 2.00 de la tarde, el caso a los efectivos de Polibarat, adscritos al cuadrante 2. En la calle Corea del sector Pueblo Nuevo, municipio Baralt, se alarmaron. Creían por el estruendo de la detonación, que se trataba de un robo o asesinato en la zona.
Al llegar a la barriada, la comisión confirmó que se trataba efectivamente de un homicidio. Un niño, de 10 años y primo de Montilla, tomó el revólver calibre 38, propiedad del abuelo, se reunió con otros parientes. Entre todos empezaron a manipularlo y accionaron el gatillo.
Un proyectil salió directo al lado derecho del rostro de Montilla. De manera inmediata, los familiares corrieron a la habitación donde se encontraban los niños y hallaron al herido tendido e inconsciente.
Los testigos aseguran que el niño murió al instante. Pero su padre, Pedro Enrique Montilla Basabe, en un intento por salvarle la vida lo trasladó hasta la emergencia del Hospital General tipo II Dr. Luis Razetti, del Baralt, donde los doctores le confirmaron la triste noticia de su fallecimiento, pues el cuerpo del menor ingresó sin signos vitales.
Se conoció que para el momento que se desarrolló el hecho, varios niños, en su mayoría primos, se encontraban en la casa jugando, situación que distrajo a sus padres de lo que hacían.