Los vecinos caminaban desesperados observando y detallando cada rincón del barrio, tocaban las puertas de las casas y preguntaban si habían visto a una persona, se dispersaron por cada punto de la zona hasta que llegaron a un basurero del sector y se encontraron con algo perturbador. Dentro de un saco se hallaba el cadáver desnudo de una adolescente de 14 años.
Ese domingo 15 de octubre el dolor y la desesperación arroparon al sector El Cardón de Carapita, parroquia Antímano del municipio Libertador de Caracas. El llanto de familiares de la víctima no se hicieron esperar y más por la forma como fue encontrada. Su cuerpo estaba desnudo, solo calzaba una zapatilla, su ropa estaba doblada dentro del saco y presentaba puñaladas en el pecho. El hombre que la había asesinado responde al nombre de Rigoberto León, de 36 años, quien se desempeñaba como payaso de fiestas infantiles.
Desde hace dos años la adolescente de 14 años sufría un depravado acoso por parte de su vecino Rigoberto León. Eran varias las oportunidades en las que este hombre la sorprendía, le lanzaban besos y le profería ofensas sexuales. En uno de estos casos este sujeto intentó darle un beso en la boca, ella le propinó una cachetada y salió corriendo, así contaron sus deudos en la morgue de Bello Monte.
Tanta era la persecución de este individuo que la adolescente le contó a su madre, y ella a su vez fue hasta la casa de su vecino a reclamarle, pero él sonrió, dijo que “eran cosas de muchachos” y la progenitora de la joven no siguió insistiendo. El viernes 13 de octubre alrededor de las 9:00 de la mañana la víctima salió de su casa a la vivienda de su abuela en el sector. En el camino la fémina tenía que pasar por el inmueble de Rigoberto momento que aprovechó para someterla.
Este individuo la agarró por un brazo, la introdujo en su domicilio y cerró la puerta con llave. Todo aquello lo había visto una vecina de seis años, quien contó a su madre lo que había observado, pero ella hizo caso omiso. Luego de momentos, Rigoberto salió de su propiedad con un saco y fue visto por la abuela de la adolescente, él se puso nervioso, se le cayó el costal, después lo levantó y se fue del lugar. A la abuela de la hoy occisa le pareció extraña su actitud, pero no prestó atención.
Una búsqueda que termina en un hallazgo doloroso
Ese mismo día sus familiares se extrañaron cuando no llegó a su vivienda y comenzaron a buscarla, junto con vecinos de la zona. Durante la indagación llegaron hasta la casa de la niña de seis años y ella les contó lo que había visto, por lo que fueron hasta la vivienda del homicida, pero no dieron con su paradero, se había ido del lugar. Los parientes de la adolescente desesperados siguieron buscándola hasta que la encontraron muerta en el basurero de la zona.
Luego de los hechos el sujeto fue visto en el barrio, por lo que las autoridades se encuentran tras su pista. Se conoció por medio de vecinos que en una oportunidad una dama pasaba frente a la casa de Rigoberto y él le gritó: “Ven a mi casa. Aquí está el diablo. Échame agua que me estoy quemando”. “Ese hombre consumía drogas y en una oportunidad invitó a dos mujeres a su casa para consumir y se presumía que había abusado de ellas”, dijo un vecino, quien prefirió no identificarse.
La adolescente vivía con su mamá y su hermano menor en el sector. Estudiaba primer año en el Liceo Felipe Fermín Paúl, situado en Antímano. Era la quinta de seis hermanos.
Fuente: El Cooperante