Macabro, así califican en Perú, con toda razón, el doble homicidio y descuartizamiento registrado en Lima a comienzos de la semana pasada.
En un hostal, llamado Señor de Sipán, le quitaron la vida al venezolano Rubén Matamoros Delgado y a su amigo, el peruano Jafet Torrico.
La tesis que se investiga es problemas con mafias de drogas y de proxenetas.
Por el escandaloso caso hay cinco detenidos. Todos venezolanos. El medio Trome publicó en su versión digital: “El primero en caer fue el venezolano Alexander Salazar Álvarez de 25 años, quien trabajaba como recepcionista en el hotel Señor de Sipán de San Martín de Porres, donde habrían asesinado a las víctimas y descuartizado sus restos”.
El Poder Judicial dictó prisión preliminar por 7 días para Alexander Salazar Álvarez.
Según las primeras investigaciones, Salazar Álvarez trabajaba y vivía en el hospedaje junto a su hermana. Inclusive se alojaba en una habitación del quinto piso, donde habrían ocurrido los asesinatos.
La Policía determinó que este manipuló las cámaras de seguridad del hostal para, presuntamente, encubrir el doble crimen. Sin embargo, gracias a las pericias de los investigadores, se logró recuperar las imágenes, donde se le ve la madrugada del lunes 9 de septiembre junto a dos hombres y dos mujeres más, que bajaban varias bolsas donde supuestamente estaban los restos de las víctimas.
Según informó el programa de TV Panorama, el venezolano habría sido expulsado del país hace unas semanas pero entró nuevamente de forma ilegal. El mismo medio indicó que Salazar Álvarez les pidió a las autoridades que lo dejaran en prisión por miedo de las represalias de la mafia.
La siguiente detenida fue Verónica Andreina Montoya Araujo de 25 años, más conocida como “La Roxy”, quien fue arrestada el pasado sábado 14 de setiembre cerca de una discoteca en Pueblo Libre. Las autoridades judiciales ordenaron prisión preventiva contra “La Roxy”.
La prensa peruana dice que esta mujer en Venezuela fue policía y salió huyendo tras ser acusada por el asesinato de la madre de su expareja. Asimismo, se la asocia a redes de prostitución clandestina.
Hasta el momento, “La Roxy” cumple prisión preventiva con fines de extradición.
El tercer detenido es Angelbert Alejandro Díaz, un venezolano que habría grabado el crimen con su celular. Fue intervenido (detenido) cerca del cuarto que alquilaba con su pareja.
Gracias a un cruce de imágenes entre los registros del hostal y las fotos de Facebook de Díaz, se logró comprobar que estuvo presente el día de los crímenes por una de las mangas de su suéter rojo.
Abraham Alberto Perozo Borjas es el nombre del cuarto arrestado. Tiene 28 años y fue detenido el pasado martes 17 de setiembre en Tumbes, cuando intentaba escapar hacia Ecuador.
El hombre “fue reconocido por un vistoso y original tatuaje del ‘muñeco diablólico Chucky’, que abarcaba gran parte de su brazo”. Según la información obtenida por la prensa, fue él quien identificó a los demás asesinos, por lo que su confesión es una de las más valiosas.
Según informó Latina, los policías le mostraron fotos de los posibles implicados en el crimen y Perozo Borjas señaló a ‘Tarra’, el pseudónimo de Angelbert Alejandro Díaz, como uno de los asesinos.
El venezolano contó que solo fue contratado para desaparecer los restos de las víctimas y aseguró que no estuvo presente cuando los mataron y descuartizaron. Dijo que cuando subió a la habitación, se encontró con Díaz, un “blanquito” y un “morenito”.
“Yo estaba escuchando abajo. Los tres han sido los que los mataron a los chicos”, habría declarado Abraham Perozo Borjas, señalando a los otros dos hombres en las imágenes que la Policía Nacional le mostró.
Según su relato, Rubén Matamoros Delgado y el peruano Jafet Torrico Jara fueron asesinados por un asunto de drogas.
Al parecer, “Matamoros no habría querido rendir cuentas del pago de 50 paquetes de droga, cada uno valorado en 10 soles, a la mafia para la que trabajaba. Esto apuntaría a que los habrían matado por 500 soles”.
La quinta detenida es Jacksiver Salcedo Campos de 22 años. Según la Policía, la joven se habría cambiado el color del cabello para evitar ser reconocida, ya que se le ve en los videos de las cámaras de seguridad del hostal Señor de Sipán mientras bajaba, junto con otros implicados, las bolsas con los restos de las víctimas.
A pesar de su intento de no ser identificada, las zapatillas multicolor de Salcedo Campos la delataron. Y es que se le encontró el mismo calzado con el que se le ve en el registro de seguridad del hospedaje.
Según la Policía, la joven venezolana habría admitido que es ella quien aparece en las imágenes. Asimismo, habría asegurado que conoce a los demás implicados en el macabro crimen.
LAS FOTOS: