La empresa Blue Propane, que ofrece servicios de distribución de gas en los estados de Sonora, Sinaloa y Baja California Norte, propietaria del camión involucrado en el siniestro, ofreció en principio la repatriación de cuatro cuerpos, pero un día después remitió a Frank Alejandro Pacheco Sevilla, hermano de una de las víctimas y único familiar que se encuentra en México, al aeropuerto de Hermosillo para que este asumiera el traslado.
Maracay. Los cuerpos de Jessy Alejandra Pacheco Sevilla, Berkaiber Nazaret Brea Rivas, Bárbara Alejandra Abad Pacheco, Valentina Alejandra Pérez Pacheco y Abby Sophia Pacheco Brea, todas integrantes de una misma familia, oriundas de Maracay, estado Aragua, permanecen en la funeraria Ochoa, en Magdalena de Kino, Sonora, México. Murieron en un trágico accidente automovilístico el 22 de noviembre, en el tramo Santa Ana-Nogales, en la ciudad de Magdalena de Kino, Sonora. Sus familiares pidieron ayuda a a la Embajada de Venezuela en México para repatriar los cuerpos, pero no obtuvieron una respuesta positiva.
Las víctimas se trasladaban en un taxi para ir a Nogales, ciudad estadounidense de Arizona. Habían llegado al aeropuerto internacional Ignacio Pesqueira García, en Hermosillo.
Un camión de transporte de gas, propiedad de la empresa mexicana Blue Propane, invadió el carril contrario y embistió al taxi, un vehículo marca Nissan, tipo Versa, modelo 2012, conducido por Yosgui Guadalupe Martínez, que también falleció. El conductor de la pipa, como se llama en México a las gandolas con combustible, se dio a la fuga.
Blue Propane no se hace responsable
Hasta la fecha, Frank Alejandro Pacheco Sevilla, con quien se reunirían en Estados Unidos, es el único familiar que ha podido viajar hasta Hermosillo para gestionar la repatriación de los cuerpos. Para ello no ha contado con la ayuda de la empresa Blue Propane ni tampoco de la Embajada de Venezuela en México, a la que acudió en busca de apoyo.
Apoyo moral y económico de la Embajada de Venezuela no hemos tenido. Por el contrario, nos dejó saber que no cuentan con recursos económicos para repatriar los cuerpos”, señaló en un comunicado el hermano de Jessy Alejandra Pacheco Sevilla, una de las víctimas.
Familiares de las fallecidas, residenciadas en Maracay, contaron a Crónica.Uno que la empresa propietaria del camión en principio había ofrecido repatriar cuatro de los cinco cadáveres. Frank Pacheco Sevilla, ante la angustia y desesperación, accedió al trato. Para la familia era menos oneroso cubrir los gastos de repatriación de un solo cuerpo.
Pacheco Sevilla, sin embargo, señaló en un comunicado que ha sido la empresa aseguradora Quálitas México la que lo ha contactado, pero sin definir y detallar los gastos que deberá cubrir la póliza de seguros que, suponen, pertenece a Blue Propane.
Familiares apelan a la solidaridad
Por ello, la familia ha apelado a la solidaridad y generosidad de la gente. Piden ayuda económica para obtener los recursos que les permitan traer a Venezuela los cuerpos de estas cinco aragüeñas. Está disponible una cuenta corriente en Banesco número 0134 1052 6100 0100 5949, a nombre de Lis Sevilla, C. I.: 12.865.982, para quienes deseen colaborar en bolívares, y también ha sido dispuesta una campaña #Gofundme.
Las cinco fallecidas salieron de Maracay, estado Aragua, la primera semana de noviembre con destino a Estados Unidos. Primero debieron recorrer un largo trecho por tierra hasta Bogotá. Una vez en tierra colombiana tomaron un vuelo hasta Ciudad de México, el 16 de noviembre. Cuatro días después viajaron por aire hasta Hermosillo. En el aeropuerto de esa localidad tomaron un taxi que las conduciría, en un viaje de aproximadamente tres horas, hasta Nogales.
Allí las esperaba Frank Alejandro Pacheco Sevilla, hermano de la mayor de las víctimas y residenciado en Estados Unidos, país en el que solicitarían asilo.
Jessy Alejandra Pacheco Sevilla trabajaba en una tienda de ropa en Maracay, mientras que Berkaiber Nazaret Brea Rivas estaba dedicada al cuido de la bebé Abby Sophia Pacheco Brea, de apenas un año y un mes. Bárbara Alejandra Abad Pacheco recién había culminado el bachillerato en la unidad educativa privada Santa Marta, que está ubicada en Los Samanes, en el sur de Maracay, donde también estudiaba Valentina Alejandra Pérez Pacheco.
“Salieron de Maracay buscando una mejor vida, pero solo encontraron la muerte”, dijo llorosa Lisneidys Mata, prima de las víctimas. Los padres y abuelos están devastados.