Liquidan al cazador de travesti en Maracaibo

Los oficiales tenían una orden de allanamiento y aprehensión, por el delito de homicidio calificado. Urribarrí se negó a entregarse y les disparó con un revólver calibre 38, informó un oficial

El «Negrito» ya no cazará más travesti. A Anthony José Urribarrí Melgarejo (23) lo buscaban por acosar, extorsionar, tirotear y asesinar a los transformistas de 5 de Julio y La Curva de Molina. La Policía científica encontró ayer, a las 6.00 de mañana, su guarida y tras un breve enfrentamiento lo liquidaron.

La  comisión llegó a la casa, en la calle 89K del sector III de La Chamarreta, parroquia Francisco Eugenio Bustamante. Los oficiales tenían una orden de allanamiento y aprehensión, por el delito de homicidio calificado. Urribarrí se negó a entregarse y les disparó con un revólver calibre 38, informó un oficial.

Los detectives lo hirieron, lo trasladaron al centro asistencial de la zona, pero falleció después de su ingreso.

El motivo

Según un investigador, su fobia a los gais se originó después que asesinaran a su hermano, quien también era travesti y presuntamente murió en manos de uno de sus compañeros de calle. Allí nació su furia y comenzó a cazarlos.

Desde su auto, bajaba la ventanilla y les disparaba. Con ese mismo modus operandi logró matar, en febrero, a Jesús Inciarte Inciarte (29), conocido como la «Kendry», en mayo a alías la «Molera» Félix Armando Valencia Carruyo (34) y en julio a Alexánder José Polanco Colina (26), apodado la «Bomba». La «Gringa» una cuarta víctima del «cazatravesti» sobrevivió y lo denunció, dándole pistas a los oficiales quienes tenían meses tras él.

Peligroso

Anthony estuvo detenido en mayo por delitos menores, en esa privativa de libertad logró envenenar a un oficial después de colocar «campeón» en el filtro del agua. El oficial sobrevivió.

La Policía científica investigó por varios meses a quien calificaron como un «homicida peligroso», patrullaban la zona donde acostumbraba a atacar, allanaron distintas casas, pero no lo encontraban. El delincuente acostumbraba a cambiar de carros y de residencia para despistarlos.

 

Andrea Querales/La Verdad

 

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