Un hombre fue localizado sin vida por su madre, en un hospital de la Gran Caracas. Kiancy Garnica vio con horror y dolor el cadáver de su hijo, Hebert Giovanni Escobar Garnica, de 34 años, a quien reconoció por sus tatuajes, en la morgue de Bello Monte.
La mujer aseguró que a él lo confundieron con un ladrón en el barrio La Lucha, de Boleíta, en Miranda. Hebert había ido a una arepera, en la zona industrial de Los Cortijos de Lourdes para entregar un resumen curricular, relató la dolida madre al noticiero Televen.
Cuando Escobar dejó su currículum en la empresa y se disponía a regresar a su casa en Filas de Mariches, transitó por el barrio La Lucha, donde un grupo de vecinos lo sometió para amarrarlo en un poste. Le cayeron a golpes y le pusieron un letrero que decía: «Soy ladrón». Lo agredieron creyendo que se trataba de un delincuente, según Kiancy Garnica.
La dama se enteró de lo ocurrido con su hijo por una vecina que pasaba por la barriada situada en el municipio Sucre del estado Miranda, que vio cuando lo golpeaban.
Garnica fue al Hospital de El Llanito, donde supo que la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) se lo llevó detenido el miércoles 25 de septiembre, cuando una comisión de ese cuerpo de seguridad pasó por La Lucha y los habitantes que masacraron a golpes a Escobar lo entregaron.
En el hospital le informaron que su hijo falleció el jueves 26 de septiembre y que fuera a la morgue de Bello Monte. En el centro de salud le informaron que se autoinfligió una herida en el cuello.
¿Cómo agarró el cuchillo? ¿En qué momento lo hizo, si estaba esposado?. Eso tiene que explicarlo la Guardia, apuntó la madre de Escobar, quien se percató de que él estaba degollado.
No lo había reconocido porque recibió muchos golpes en su rostro. Pudo identificarlo por los tatuajes.
La denunciante aseguró a Televen que los militares estaban cobrándole mil dólares para entregarle a Hebert.
La Guardia Nacional que está para cuidarnos a nosotros me estaba pidiendo mil dólares. No tengo… A mí me estaban quitando mil dólares para soltarlo. No los tengo, no los tenía y no hallaba cómo conseguirlos, me lo mataron, expresó indignada.
El martes, Garnica llegó a la morgue para retirar los restos de su descendiente. Aseguró que denunciará a los funcionarios militares ante el Ministerio Público.
El infortunado dejó en la orfandad a dos hijos, de 12 y 14 años, con quienes vivía y mantenía, detalló El Universal.
Escobar estaba trabajando en San José de Río Chico, en el estado Miranda, pero por la grave situación económica del país no podía ni costear un plato de comida. Él tenía una semana en la Gran Caracas, en Filas de Mariches, aseveró su progenitora.