A Carlos Javier Molero González, de 22 años, lo interceptaron dos azotes del barrio cuando caminaba a su casa a las 10:00 de la noche del pasado domingo. Le dispararon en la cabeza y en la costilla
A Carlos Javier Molero González, de 22 años, lo interceptaron y lo asesinaron antes de llegar a su casa ubicada en el barrio El Níspero, al oeste de la ciudad de Maracaibo en la parroquia Antonio Borjas Romero. Al parecer dos azotes del barrio lo detuvieron cuando caminaba a su casa a las 10.00 de la noche del pasado domingo.
Gabriel Molero, hermano de la víctima, indicó que escucharon dos disparos y se asomaron a ver, pero no salieron por temor resultar heridos. Al cabo de cinco minutos una vecina llegó a hasta su puerta y confirmó que la persona que yacía en el calle era su pariente. Salieron a la carrera y trasladaron al muchacho, a bordo de un vehículo particular, hasta el Ambulatorio Plateja III donde falleció 10 minutos después de su ingreso. Tenía un disparo en la cabeza y otro en la costilla derecha.
Una de las hermanas dijo que el responsable es un azote del sector. «Es un ‘tripón’ que ni tamaño tiene para lo que hace»; pero no indicó su nombre o apodo. La Policía científica levantó el cadáver en la morgue del centro asistencial y lo trasladó hasta la morgue forense donde le hicieron la necropsia de rigor. En el lugar de los hechos, los detectives agarraron la evidencia de interés criminalístico y manejaron el caso como una venganza, pero aún se desconoce el motivo de la misma.
Trascendió que Carlos vivía con sus padres y se dedicaba junto a una hermana al comercio informal de ropa. No tiene antecedentes penales ni le conocieron problemas. «La esposa traía ropa de afuera y nosotros nos responsabilizábamos de venderla. Pero él no tenía problemas, era un muchacho sano».
José Antonio González/La Verdad