Josefina recuerda aquel día de agosto con un dolor perceptible. Su hijo Luis Eduardo, quien vivía en Cúcuta, le llamó y le dijo: «Mamá, no nos vemos más». Eso fue hace casi tres años y Josefina no ha parado de buscarlo
por La Nación
«Mamá, no nos vemos más» fueron las últimas palabras que oyó Josefina Antoima de su hijo Luis Eduardo, quien desapareció el 15 de agosto de 2021 mientras viajaba entre Cúcuta y Ureña.
Luis Eduardo Antoima es un joven venezolano de 37 años, oriundo del estado Anzoátegui, quien llevaba viviendo 6 años en el Norte de Santander, Colombia. Su madre, Josefina Antoima, no ha parado de buscarlo. Los últimos tres años de su vida los ha dedicado a hallar una respuesta que le guíe al paradero de su hijo.
Con su fe intacta, Josefina viajó recientemente a San Cristóbal para elevar su voz, junto a la de otras madres, y exigir a las autoridades una respuesta sobre el paradero de su hijo.
Luis Antonio, contó Josefina, en los días de su desaparición se encontraba cuidando a sus hijos, pues su madre había viajado a Anzoátegui a hacer unas diligencias personales. Una vez le hace entrega de los niños a su expareja, Luis Eduardo llamó a su madre y le dijo: «Mamá, no nos vemos más» y desde entonces no supo más de él.
La desaparición
Con su voz entrecortada, Josefina recordó que desde ese momento perdió el rastro de Luis Eduardo: «Ese número de teléfono desapareció, no pude contactarme nunca más a ese número y no supe más de mi hijo».
Un compañero de Luis Eduardo, con quien Josefina estuvo hablando, le dijo que él tenía intenciones de irse a Medellín: «En la búsqueda de mi hijo, ese muchacho vio la foto de Luis y me dijo: ‘Ese chamo se fue para Medellín’. Al parecer alguien le dijo eso a él, pero nadie me sabe decir con certeza si alguien lo vio luego de ese día».
Luis Eduardo llamaba con frecuencia a su madre, incluso ella viajaba desde Anzoátegui a Cúcuta a visitarlo con regularidad: «Mi otro hijo, que vive en Ureña, puso la denuncia en Colombia y se puso la denuncia acá en Ureña, pero no hemos tenido ninguna respuesta».
Josefina, al igual que las otras madres, no puede entender cómo su hijo desapareció y nadie puede decirle nada al respecto. «La gente no desaparece así como así, alguien tiene que saber algo, alguien tiene que decirnos algo».
La impotencia y la incertidumbre se han apoderado de los días de las madres que tienen a sus hijos desaparecidos en la frontera colombo-venezolana. Ellas continúan haciendo el llamado al gobierno colombiano y al gobierno venezolano para que las apoyen en la búsqueda.