Elías López visitaba desde hace meses la casa de Rosana Gabriel Rincón Fernández, apodada la «Beba» y su hermana Katerina Rincón Fernández la “Mamita”
Un ingeniero jubilado de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), desaparecido desde el pasado viernes 3 de junio, habría muerto de un infarto luego de que delincuentes lo mantuvieron secuestrado en una vivienda del barrio Virgen del Carmen, situado en Maracaibo, estado Zulia.
La muerte de la víctima, identificado como Elías López de 69 años ocasionó el desespero entre los captores, quienes optaron por sepultarlo en el porche de la vivienda.
Según lo reseñado por el diario La Verdad, uno de los hombres excavó aproximadamente metro y medio para enterrar al anciano, luego fue tapiado con tierra hasta el nivel del piso de la vivienda donde planearon su robo, sin embargo, el mal olor no se podia evadir en la zona por lo que se logró la captura de algunos sujetos que participaron en este hecho.
Dentro de la fosa donde se encontraba el difunto, se hallaron documentos como tarjetas de crédito de López , una fotografía de un bebé y un libro que indicaba como saber leer tabaco.
Se dice que López visitaba desde hace meses la casa de su “amiga” Rosana Gabriel Rincón Fernández (19), alias la “Beba”, y su hermana, Katerina Rincón Fernández (22), apodada la “Mamita”. Estas dos mujeres para atraer a Elías y a sus compañeros practicaban ritos de magia, así comentaron los vecinos.
“Todas las madrugadas llegaban al frente de la casa de las muchachas diferentes carros, se bajaban hombres y ellas los recibían”. Indico uno de los habitantes.
Los vecinos también manifestaron “Desde que la madre de la “Beba” y la “Mamita” se mudara a Colombia, los amantes de estas dos mujeres rodeaban la residencia para que los satisficieran“.
Por este crimen, fueron aprehendidos dos sujetos por el Grupo Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional, los delincuentes quedaron identificados como Luis González González de 25 años y Marcial Moreno de 32, esté último fue el que recibió los cinco mil bolívares para abrir el hueco donde fue sepultado el sexagenario.
SM